Llega la edad a los Mulos Los ‘chamacos’, arriba de 30

Con varios jugadores que rodean los cuarenta años, los Yanquis tienen muchas dudas

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NUEVA YORK

Con varios jugadores que rodean los cuarenta años, los Yanquis tienen muchas dudas.

Ahora es la cadera izquierda. Hace tres años fue la cadera derecha de Alex Rodríguez que necesitó de una cirugía.
Ambas cosas nos dicen mucho tanto de los Yanquis como de A-Rod, mientras el shortstop ex ganador del Guante de Oro ha pasado nueve años en el Bronx en los que ha tenido que brincar circunstancialmente a la tercera base luego como bateador designado de medio tiempo y hasta jugador de la banca en los playoffs.
Rodríguez y los Yanquis están viejos. Quiero decir, están realmente viejos.
Si estás al mando de los Yanquis, deberías de saber que tu roster carece de chispa cuando tus jugadores jóvenes importantes ya no son tan jóvenes. Hablo de los peloteros de 32 años de edad como CC Sabathia y Mark Teixeira, otro de 31 años en Curtis Granderson y otro de 30 en el dominicano Robinson Canó.
Seré más específico acerca de la vejez que aqueja a los Bombarderos del Bronx. Por ahora, sólo diré que la directiva de los Yanquis no ha tenido problema en tratar de competir en la peleada División Este de la Liga Americana con peloteros más viejos que muchos coaches a lo largo de Grandes Ligas, un par de gerentes generales y al menos un manager. Ese manager es Mike Matheny de los Cardenales.
El capataz de San Luis tiene 42 años de edad. ¿Ven lo que les digo? Con un roster tan longevo, los Yanquis no terminarán la próxima campaña levantando su 28vo trofeo de la Serie Mundial, pero ellos piensan lo contrario. De hecho, cortesía del alto mando de los Mulos que se rehúsa a gastar en grande durante el invierno por primera vez desde casi nunca, han decidido jugársela con sus veteranos. Lo que significa que tratan de convertirse en algo así como La Pandilla de los Vejestorios”.
Uno pensaría que esa es una edad bien avanzada para jugar el campocorto, y ahora Jeter viene de una operación en su tobillo.
En cuanto a Rodríguez, tiene 37 años de edad, que también es una edad de dinosauro para un atleta profesional. Y, si usted piensa que Rodríguez y Jeter están cerca de firmar para algún club de la senectud, son unos chamacos comparados con otros en el roster actual de los Yanquis.
Ahí tenemos a Raúl Ibáñez, por ejemplo. El cañonero zurdo pudiera regresar con los Yanquis como bateador designado y jardinero de medio tiempo después de sus sorprendentes cuadrangulares la temporada pasada en los playoffs en contra de los Orioles y los Tigres.
Ibáñez tiene 40 años. Los mismos tiene Andy Pettitte, el abridor zurdo quien se retiró por una campaña antes de regresar a los Yanquis este año.
Luego tenemos a Mariano Rivera, quien se perdió la mayor parte de la temporada pasada debido a una lesión seria en la rodilla. La lesión fue considerada por muchos como el final de su carrera, pero el panameño estará de regreso para otro año más como el taponero del equipo.
Rivera tiene 43 años de edad. En comparación, los Yanquis se rejuvenecieron” un poco en el pitcheo el otro día tras volver a firmar al japonés de 37 años de edad Hiroki Kuroda por un año y $15 millones para el 2013.
Luego está el jardinero Ichiro Suzuki, quien es agente libre. El japonés quiere regresar al Bronx, y si lo hace, no lucirá tan viejo en el clubhouse a sus 39 años-- no con Rivera, Pettitte e Ibáñez probablemente como sus compañeros.
Tras una prolífica carrera con los Marineros, Ichiro fue cambiado a media temporada a Nueva York, y el veterano prosperó. Durante un periodo en septiembre, el japonés bateó de 20-14. Tuvo promedio de .322 en 67 juegos para los Yanquis.
Hiroki (16-11, 3.42 EFE) y Pettitte (5-4, 2.87 EFE en 12 salidas) también impresionaron la temporada pasada. Rivera es considerado como el mejor taponero de todos los tiempos, e Ibáñez tuvo una postemporada para el recuerdo, mientras que Rodríguez aún tiene 647 cuadrangulares de por vida y Jeter es Jeter.
Eso es suficiente para hacer que los altos mandos de los Yanquis ignoren las abundantes canas entre ese grupo y se la jueguen - se la jueguen en grande.

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