AUSTIN, Tx
Afirma estar dispuesto a ‘hablar francamente’ en Oprah.
Trotando un domingo por la mañana bajo un sol brillante, Lance Armstrong difícilmente parecía un hombre a punto de confrontar de una vez por todas el escándalo de dopaje que ha dejado en añicos su imagen.
“Estoy tranquilo, estoy relajado y listo para hablar francamente”, dijo Armstrong en una entrevista exclusiva con The Associated Press, en referencia a su entrevista el lunes con Oprah Winfrey.
En la que ha sido publicitada como una sesión “sin restricciones”, se espera que el ciclista estadounidense hará un giro luego de una década de desmentidos y se disculpe por doparse. También se aguardad que ofrezca una confesión parcial sobre su participación como líder de una trama de dopaje para dominar el Tour de Francia.
A Armstrong le arrebataron el año pasado todos sus siete títulos como consecuencia de un voluminoso informe de la Agencia Antidopaje de Estados Unidos (Usada por sus iniciales en inglés), que lo retrató como un competidor implacable, deseoso de realizar cualquier cosa para ganar la máxima joya del ciclismo mundial.
“El programa de dopaje más sofisticado, profesionalizado y exitoso que haya visto alguna vez el deporte”, es como calificó el director ejecutivo de la Usada Travis Tygart el régimen de dopaje presuntamente llevado a cabo por el equipo U.S. Postal Service que encabezó alguna vez Armstrong.
No obstante, si algo de eso estaba pesando en la mente de Armstrong, él no lo mostró durante la entrevista con la AP.
Vistiendo una camiseta roja y pantalones cortos negros, lentes para el sol y una gorra de béisbol blanca inclinada sobre sus ojos, Armstrong se estaba entrenando a aproximadamente una milla de su casa (1,6 kilómetros) cuando fue entrevistado. Armstrong corrió aproximadamente una hora mientras su equipo de abogados y asesores llegaba uno por uno a su casa.