MINNEAPOLIS, Minn
El español se dice frustrado al no mejorar su mal.
La rodilla izquierda de Ricky Rubio ha demorado en sanar por completo esta temporada, mientras se acumulan los minutos en la banca y las derrotas de sus Timberwolves de Minnesota.
No es extraño, por lo tanto, que el base español empiece a sentirse frustrado.
Rubio no ocultó su enojo al quedarse en la banca todo el cuarto parcial el miércoles en una derrota ante los Nets de Brooklyn. Su deseo es estar en la cancha y ayudar a su equipo en la recta final de los partidos.
El entrenador interino Terry Porter dijo que prefirió al puertorriqueño J.J. Barea porque los Wolves necesitaban un anotador.
Rubio dijo el jueves que entiende esa lógica, pero insistió que quiere tener más minutos de juego mientras regresa a su mejor condición física tras recuperarse de una rotura de ligamento anterior cruzado.
Los Wolves han perdido siete de sus ocho últimos partidos.