Golpe desata especulaciones descartan ajustes

CLEVELAND, Oh.

LeBron James hace menos el cabezazo en una cámara el pasado jueves.
LeBron James lo definió como un ‘leve’ dolor de cabeza, aunque no se puede minimizar nada en torno al mejor jugador del planeta.
Así que cuando James se cortó la cabeza tras golpearse con una cámara de televisión durante el cuarto juego de la Final de la NBA, provocó preguntas de todo tipo, desde cómo atiende la NBA las lesiones a la cabeza hasta si los fotógrafos deberían estar tan cerca de los jugadores.
La liga intentó resolver ambos temas mucho antes del incidente del jueves.
El verano pasado, se redujeron las posiciones para fotógrafos y camarógrafos cerca de la línea de fondo, y se estableció previamente un protocolo de conmociones cerebrales. Pero de acuerdo a las políticas de la liga, un corte en la cabeza no es suficiente para iniciar con dichos procedimientos.
El protocolo requiere una evaluación por conmoción cuando se sospecha que un jugador sufre de una de ellas o muestra síntomas de estar afectado. Basándose en las respuestas del jugador, los equipos realizan un juicio clínico para saber si amerita una evaluación de este tipo.
James sangraba, pero no mostraba síntomas de conmoción. Pensaba con claridad, señalando que estaba consciente que necesitaba permanecer en el juego para realizar sus tiros libres tras recibir una falta de Andrew Bogut, o de lo contrario, de acuerdo a las reglas de la liga, no podría volver a ingresar al encuentro.
“No, no tuve que pasar por el protocolo de conmociones. Tuve un leve dolor de cabeza, que creo que todos ustedes tendrían si se golpearan contra una cámara. Tal vez tendrían un dolor un poco más fuerte”, dijo James durante la conferencia de prensa al final del partido.
“Pero no pasé por ningún protocolo. Estoy bien. Como lo dije, recibí unos cuantos puntos de sutura y un leve dolor de cabeza, pero con eso basta”.
La serie pasada, fueron los Guerreros quienes tuvieron que lidiar con las preguntas sobre conmociones. Tanto Stephen Curry como Klay Thompson sufrieron golpes a la cabeza durante la Final de la Conferencia Oeste y Thompson fue diagnosticado con una conmoción, por lo que requirió de autorización para jugar en la Final.
El comisionado Adam Silver señaló la semana pasada que confiaba en el protocolo de la liga y en la manera en la que los Guerreros se apegaron al mismo.
“Hemos hablado con las otras ligas. Hemos hablado con expertos médicos sobre la mejor manera de atenderlo”, dijo. “Creemos que la manera en que lo atendemos es la mejor por el momento en lo referente a la información médica y científica con la que contamos”.
La liga también ha revisado durante los últimos cinco años los parámetros para la seguridad de los jugadores cerca de la línea de fondo.
El verano pasado, entraron en vigor nuevas reglas que ordenaban 30 centímetros más de espacio abierto en las bases de cada canasto, incrementándose de 90 centímetros a 1,20 metros y con solo 20 posiciones para fotógrafos y camarógrafos, 10 en cada canasto. Eso representa una reducción de los 24 disponibles en 2013-14 y los 40 que había durante la campaña regular de 2010-11.
Las peticiones en redes sociales de retrasar aún más a los fotógrafos y camarógrafos tardaron menos en aparecer de lo que James tardó en dejar de sangrar. Pero al menos una persona piensa que existe suficiente espacio.
Bogut señaló que fueron las acciones de James después de la falta las causantes de su golpe en la cabeza.
“Creo que se aventó hacia los camarógrafos”, dijo el pívot. “Creo que cuando cayó dio dos pasos y luego fue hacia los camarógrafos”.

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