Gana Alemania la Euro sub 21

KRAKOVIA, Pol
Derrotan a España para alcanzar su segundo cetro del torneo
Alemania conquistó su segundo Europeo, mostrando su altísimo nivel competitivo en una final en la que anuló las virtudes de España, que solo chutó en una ocasión a puerta, tuvo a sus líderes desaparecidos y fue incapaz de reaccionar al gol de Weiser a cinco minutos del descanso.
Visitaron la casa de la Federación española en La Ciudad del Fútbol de Las Rozas para estudiar las claves del éxito de las categorías inferiores. Tomaron buena nota y el día del reencuentro plasmaron una exhibición táctica ante la que no tuvo respuesta España. Imitando la salida de balón siempre desde atrás y añadiendo un partido perfecto en lo táctico, Alemania ganó con merecimiento y la generación de Mesut Özil encontró herederos en un segundo éxito.
España no entró bien en la final y firmó el peor partido de todo el Europeo. Ante Portugal e Italia sufrió pero se levantó con fuerza al ritmo del gol.
Contra Alemania fue superada en todas las facetas, con un excesivo respeto a las virtudes del rival. Atenazados, con líneas retrasadas que imposibilitaban exhibir su fútbol.
Se instaló Alemania en campo español desde el inicio y anuló la construcción de juego de los de Celades. Habían avisado que serían duros si era necesario para que no apareciera la magia de Ceballos, frenado con falta cada vez que tocaba el balón. Con Sandro tampoco había opción a la duda. Su respuesta plasmaba un estado de nerviosismo por verse tan alejados de sus señas de identidad.
España no se reconocía y Alemania se gustaba. Llegaba con facilidad, poniendo criterio a sus posesiones. Mordiendo en la zona donde hace daño y retrasando la posición de jugadores como Ceballos, Saúl y Asensio para rebajar su eficacia.
El tanto era cuestión de minutos. Apenas un control pinchando el esférico de Asensio con posterior ruleta invitaba al optimismo, pero la realidad era el total dominio germano y sus ocasiones. España corría tras el balón y Kepa era exigido. Sacaba a córner un centro envenenado de Gerhardt, se salvaba cuando el poste repelía el testarazo de Meyer y veía como Arnold también acariciaba la madera con