Recuerda Domínguez su carrera olímpica

Años atrás el sueño de una niña, que parecíaimposible llegara a convertirse en realidad, no sólo se cumplió, sino inclusosuperó las expectativas imaginadas por aquella chiquilla.
Pero no todo fue fácil, resultó un largo camino lleno de muchas alegrías perotambién de tristezas, en el siempre largo trayecto de una atleta de altorendimiento que conlleva dedicación, esfuerzo, responsabilidad y sobre todo elnunca rendirse ante los cientos de obstáculos en el camino.
Esa pequeña, que hoy tiene 32 años de edad, es la pesista olímpica sonorensePatricia Domínguez Lara (nacida el 5 de marzo de 1988 en Hermosillo), quienvivió largas jornadas de preparación y entrenamiento para convertirse en una delas mejores levantadoras de su generación.
Teniendo a su hermana mayor Cinthya como ejemplo -quien también forjó una grantrayectoria como levantadora nacional e internacional- dejó de lado la gimnasia,el ajedrez y el atletismo, para meterse de lleno al levantamiento de pesas, conla mente fija de estar al lado de ella.
Así, con el “llamado de la sangre”, empezó una etapa que duró 20 años dedicadosal deporte, la mayoría a la halterofilia, la cual hace apenas unas semanasdecidió cerrar al anunciar su retiro, después de una exitosa carrera que lallevó a debutar en unos Juegos Olímpicos.
“Es una decisión difícil, más si dejarás algo que toda tu vida has hecho, locual te apasiona y amas mucho, pero ya era momento de parar, de poner un alto,y a la vez de abrir otros sueños como ser mamá, formar una familia ydesarrollarme laboralmente”, dijo la ex pesista.
“Todo esto pasó por las lesiones que no me dejaron desde el 2017 cuando iniciéla batalla contra ellas en el Campeonato Centroamericano en Guatemala; ahísufrí una en el hombro de la cual ya nunca me recuperé al 100%”, agregó a quienle llaman de cariño “Patty”.
De hecho, en el 2018, en los Juegos Centroamericanos y del Caribe enBarranquilla, Colombia, la pesista parecía que tendría un retorno exitoso yretomaría de buena manera el ciclo olímpico tras ganar dos medallas (plata ybronce) pero ella misma admitió que estaba al 50% de su poderío acostumbrado.
“Mi meta era buscar de nuevo los Juegos Olímpicos, quería estar en Tokio pararetirarme, sin embargo no se podrá, me es imposible continuar porque mi cuerpoya no soporta el dolor, dejé de disfrutar la preparación y el entrenamiento quecada vez exigía más”, señaló.
Todas esas circunstancias adversas incluso la hicieron caer en depresión trasno poder recuperarse para estar en su máxima capacidad, pues el tiempo seguíasu curso y con ello se alejaba más la probabilidad de regresar en óptimascondiciones.
“Tomaba muchos antinflamatorios por los fuertes padecimientos, era algo muydifícil, eso me llevó a pensarlo bien y decidí despedirme, eranecesario, antes que me tronara el hombro había que cerrar el ciclo”, comentó.
Aunque ese trago amargo no es nada al lado de sus grandes aciertos que ledieron un lugar privilegiado en la historia del deporte de nuestra entidad,colocándose como una de las tres pesistas sonorenses en ver acción en unosJuegos Olímpicos, uniéndose a Luz Mercedes Acosta (Beijing 2008 y Londres 2012)y Eva Gurrola (también apareció en Río 2016). En total cuatro atletas de Sonoralo han hecho en la halterofilia ya que el primero fue José Edelberto Garcés(Los Ángeles 1984).
“Me voy con la frente en alto, fui campeona nacional por varios años desdeinfantil y juvenil en la Olimpiada Nacional, además gané títulos en PrimeraFuerza y en la Universiada Nacional; también formé parte de las seleccionesnacionales en donde obtuve varias medallas representando a México en muchospaíses. Y obvio el mayor logro: llegar a los Juegos Olímpicos”, comentó.
Como toda historia tiene un principio, Domínguez Lara, quien en los JJOO Río2016 terminó en octavo lugar de la división de los 58 kilogramos e impuso unrécord nacional en arranque, también recuerda cómo entró al mundo de laspesas.
Curiosamente empezó su carrera deportiva en la gimnasia y el ajedrez, tiempodespués practicó el atletismo, en donde tuvo sus primeras tres participacionesen la Olimpiada Nacional, el debut fue en 1999 en la prueba de 800 metros convallas, para después cambiarse al pentatlón moderno en el 2000 y 2001.
“Al tiempo que yo practicaba esos deportes, mi hermana estaba en las pesas y deahí me nació el querer seguirle sus pasos para estar siempre cerca de ella,esperaba viajar a su lado y compartir más tiempo juntas”, apuntó.
En la Olimpiada Nacional 2003 Patricia debutó en las pesas, en donde logróestrenarse como medallista, triunfo que le dedicó a Cinthya que en esa mismafecha tenía una concentración con la selección nacional en Bulgaria.
“Me acuerdo muy bien de ese momento cuando traía una cintaalrededor de la cabeza en honor a ella, fue algo así como un cambiode generación, le heredé la estafeta, ya que ella dejó la Olimpiada Nacional el2002 y yo tuve mi primera competencia en pesas un año después”, remembró.
Con orgullo Mónica Patricia detalló que obtuvo muchas medallas en el planonacional e internacional, sin embargo destacó la presea de bronce que conquistóen los Juegos Mundiales Universitarios China 2011, siendo actualmente la únicapesista femenil en darle un podio a México en ese certamen.
“Después del largo camino recorrido estoy contenta por lo que hice, ahora estiempo de regresarle al deporte lo que me entregó, gracias a él tengo todo enla vida, no podría ser quien soy sin el valor, la disciplina, la humildad y eltrabajo en equipo”, detalló.
Como ella misma lo dijo, el deporte de las pesas le otorgó mucho ya que, por sifuera poco, encontró a su media naranja al enamorarse de Antonio Vázquez, aquien conoció cuando ambos eran parte de la selección nacional, y con quien yatiene año y medio de feliz matrimonio.
Por lo tanto, ya desde otra trinchera, “Patty” continuará con el fervienteapoyo a su esposo, ya que Vázquez Méndez, originario de Chiapas, y quien cuentacon medallas internacionales, todavía forma parte del equipo mexicano varonilde mayores y no quita el dedo del renglón para convertirse en pesista olímpicoal igual que ella.