El nombre de Carlos Sansores, taekwondoín mexicano con un pasado reciente lleno de retos, resuena hoy con una fuerza renovada. Su travesía desde la decepción en Tokio 2020 hasta la cima del ranking mundial es un testimonio de resiliencia y determinación.
La participación de Sansores en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 fue un golpe devastador para el atleta. La profunda depresión que siguió a su decepcionante actuación lo llevó a cuestionar su futuro en el taekwondo. Con el sueño de abandonar el deporte a la vista, el apoyo incondicional de su familia y de su entrenador se convirtió en su ancla en medio de la tormenta. "Dios me dio la bendición de poder seguir en este bonito deporte, y después de haber asistido a mi primera cita olímpica me gustaría darle alegrías a mi México", confesó Sansores, reflejando su lucha interna y la esperanza renovada que lo impulsó.
El regreso de Sansores fue, sin duda, un acto de fortaleza y determinación. Tras superar la crisis personal, sus actuaciones en el ámbito internacional han sido sobresalientes. En el Mundial de Guadalajara 2022, se colgó la medalla de oro; en Azerbaiyán 2023, la plata; y en los Juegos Panamericanos de Santiago de Chile 2023, nuevamente el oro. Estos triunfos no solo evidencian su habilidad en el tatami, sino también su capacidad para levantarse tras cada caída.
Hoy, Sansores se encuentra en la segunda posición del ranking mundial y olímpico, una prueba tangible de su arduo trabajo y de su regreso triunfal. Este nuevo estatus lo convierte en uno de los candidatos más prometedores para alcanzar la gloria en los Juegos Olímpicos de París 2024. "Estoy luchando por tenerla en las manos, creo que lo difícil es entrenar todos los días, luchar contra tus pensamientos, contra todo lo que viene porque eres un foco de atención", comentó el atleta, reflejando la intensidad y el sacrificio que conlleva su preparación.
Me emociona mucho, me da alegría y muchas ganas de que mi gente me esté viendo ahora sí como un Carlos Sansores nuevo y más maduro a la hora de pelear. Carlos SansoresEl camino hacia París no ha sido sencillo. Sansores ha sacrificado tiempo con su familia y ha enfrentado numerosos desafíos personales. Sin embargo, su motivación para brindar un futuro mejor a sus seres queridos es el motor que lo impulsa a seguir adelante. "Me siento muy orgulloso; pensé que en este ciclo me convertía en atleta olímpico, porque Tokio 2020 fue una competencia que traté de olvidar un poquito y agarrar las cosas buenas", expresó con orgullo y determinación.
El camino de Sansores hacia los Juegos Olímpicos de París 2024 es un viaje de redención y esperanza. Su evolución como atleta y como persona es un reflejo de su madurez y de su pasión por el taekwondo.