La alegría por la victoria en el partido inaugural se vio empañada por la desafortunada lesión de mano que sufrió Dejounte Murray en su debut con el equipo. Sin embargo, la esperanza no se apaga. El peso de la responsabilidad ahora recae sobre los hombros de Brandon Ingram y Zion Williamson.
Ingram demostró su valía en el primer partido, liderando a los Pelicans con 33 puntos, 7 rebotes y 2 robos. Su eficiencia desde el perímetro será crucial para el éxito del equipo. En su mejor temporada, Ingram promedió 24.7 puntos por partido y tuvo un porcentaje de tiros de tres puntos del 39%. En el partido inaugural, demostró su disposición a atacar desde la distancia, anotando 3 de 5 triples. Con Murray fuera de acción, Ingram deberá tomar un papel más protagónico en el ataque.
Por otro lado, Williamson, quien se perdió el primer partido por enfermedad, está listo para debutar esta noche contra los Trail Blazers. Williamson terminó la temporada pasada en un gran momento, promediando 25.8 puntos, 6.1 rebotes y casi 2 robos en sus últimos 10 partidos. Su explosividad y presencia física serán fundamentales para llenar el vacío dejado por Murray.
El regreso de CJ McCollum a Portland también será un factor importante. McCollum, de 33 años, podría ver un aumento en sus minutos como armador en ausencia de Murray. Su capacidad para crear oportunidades para sus compañeros será crucial para el éxito del equipo.
La ausencia de Murray representa un desafío para los Pelicans, pero también una oportunidad para que otros jugadores den un paso adelante. Jose Alvarado, quien ha demostrado su talento en minutos limitados, podría tener un papel más destacado durante la ausencia de Murray.
En definitiva, la temporada de los Pelicans está llena de incertidumbre, pero también de expectativas. Ingram y Williamson tienen la oportunidad de demostrar su liderazgo y llevar al equipo a la victoria. La presión es alta, pero la oportunidad es aún mayor.