Los fanáticos de Nueva York, con la esperanza de ver a sus Yankees levantar el trofeo de la Serie Mundial, se preparaban para presenciar un juego histórico. Y no les faltaba razón. En el primer inning, Freddie Freeman, primera base de los Dodgers de Los Ángeles, logró una hazaña que resonó en las gradas.
La tensión era palpable. Shohei Ohtani, un día después de sufrir una dislocación parcial en el hombro izquierdo, abrió el juego con un boleto con cuatro bolas seguidas. Mookie Betts fue retirado con un elevado, pero Freeman se plantó en el plato con determinación.
El lanzador de los Yankees, Clark Schmidt, le lanzó una recta cortada alta en cuenta de 1-2. Freeman, con un swing explosivo, la conectó con fuerza. La bola viajó con potencia hacia el jardín derecho, depositándose en la quinta hilera del primer nivel de las gradas. El público se quedó en silencio, atónito ante la fuerza del batazo. Era un jonrón de dos carreras, que puso a los Dodgers arriba 2-0 en el tercer juego.
Freeman, con este jonrón, igualó el récord de George Springer, al conectar de jonrón por quinto partido consecutivo en la Serie Mundial. Una hazaña que lo convirtió en el tercer jugador en la historia en lograr esta proeza, junto a Hank Bauer en 1958 y Barry Bonds en 2002.
Freeman, un veterano de 35 años, se ha convertido en un pilar fundamental para los Dodgers en este Clásico de Otoño. Con su poderío en el bate, ha demostrado ser un jugador clave para su equipo, y está a punto de conseguir su segundo campeonato en cinco años.
El destino de la Serie Mundial está por escribirse. Los Dodgers, con una ventaja de 2-0, se encuentran a un paso de la victoria. Los Yankees, por su parte, buscarán la hazaña de remontar la serie. La batalla por el título de la MLB está en su punto más álgido.