La primera mitad del partido fue dominada por Orlando, quienes, liderados por un inspirado Paolo Banchero, lograron construir una ventaja de 20 puntos. La energía del joven alero del Magic contagió a todo el equipo, y la diferencia parecía insalvable.
Sin embargo, el panorama cambió radicalmente en el segundo cuarto. Los Bulls, con un juego más equilibrado, iniciaron una remontada implacable. Coby White se convirtió en el motor ofensivo de Chicago, con una lluvia de triples que acercó peligrosamente a su equipo. Al final del segundo cuarto, el Magic se aferraba a una ventaja mínima, 62-52.
El tercer cuarto continuó con la misma tónica de intercambio de canastas, pero fue en el último cuarto donde el juego se definió. La ofensiva de Orlando se estancó, y los Bulls aprovecharon la oportunidad para tomar el control del partido. Josh Giddey y Nikola Vucevic demostraron su experiencia, manteniendo a raya al Magic. A pesar de los esfuerzos de Banchero, quien terminó con 31 puntos, Orlando no pudo recuperar la ventaja. Jalen Suggs, a pesar de sus 17 puntos, falló un tiro crucial en los últimos segundos, sellando la victoria de los Bulls. La frustración se apoderó del Magic, quienes vieron cómo se esfumaba una victoria que parecía segura en la primera mitad.