La energía de la afición se sentía en cada posesión, impulsando a los jugadores a dejarlo todo en la cancha.
La primera mitad del partido fue una batalla reñida. Karl-Anthony Towns, con una actuación excepcional, logró mantener a los Knicks a la par del Heat, anotando la impresionante cifra de 24 puntos. Sin embargo, Miami se mostraba sólido en defensa, dificultando las penetraciones de los Knicks y tomando una ligera ventaja al llegar al descanso.
Pero la segunda mitad cambió la historia. Jalen Brunson se convirtió en el motor del ataque de los Knicks, encestando 18 puntos en este periodo crucial. La defensa neoyorquina, liderada por Mikal Bridges, comenzó a presionar con intensidad, obligando a los jugadores del Heat a cometer errores.
El público rugió con cada canasta de los Knicks, mientras la ventaja del Heat se esfumaba. Towns, mostrando su dominio absoluto, terminó con 44 puntos, convirtiéndolos en la cuarta mayor cifra de puntos para los Knicks frente al Heat, solo superado por marcas históricas de Jamal Crawford, Carmelo Anthony y RJ Barrett.
Fue un partido que se definió por la tenacidad, la estrategia y la habilidad. Nueva York logró remontar una desventaja de 13 puntos en el tercer cuarto para llevarse la victoria por 116-107, demostrando su poderío en casa.