Jalen Green, quien se convirtió en la figura clave del partido, lideró la ofensiva con una actuación explosiva que dejó claro que su nombre debe comenzar a sonar con fuerza en la liga.
Su compañero de equipo, Alperen Sengun, también brilló en la cancha, mostrando un dominio absoluto en la pintura y sumando puntos cruciales en momentos importantes del partido. El joven dúo, junto a Dillon Brooks y Tari Eason, construyeron una ventaja considerable que parecía inquebrantable.
Sin embargo, los Mavericks, comandados por Luka Doncic, no se rendirían sin luchar. Doncic, conocido por su talento excepcional, lideró la remontada en el último cuarto, intentando llevar a su equipo a la victoria. Kyrie Irving, con sus movimientos ágiles y su dominio del balón, también contribuyó a la recuperación de los Mavericks.
A pesar de los intentos de los campeones de la Conferencia Oeste, los Rockets lograron mantener la ventaja y asegurar la victoria por un marcador de 108-102. La energía y la determinación de los Rockets se hicieron sentir en la cancha, y su capacidad para resistir la presión en los momentos cruciales les permitió lograr una victoria memorable.