Su ausencia en la cancha, una molestia que ha seguido al equipo durante toda la temporada, parecía haber llegado a su punto álgido.
El corazón del problema: las palabras del columnista del Philadelphia Inquirer, Marcus Hayes. Hayes, en columnas previas, había cuestionado el compromiso de Embiid, insinuando que no estaba en forma después de los Juegos Olímpicos de París. El ápice de la controversia llegó cuando Hayes mencionó el nombre del hermano fallecido de Embiid, Arthur, y al hijo que lleva el mismo nombre.
El encuentro entre ambos se convirtió en un enfrentamiento que resonó con furia. "La próxima vez que vuelvas a mencionar a mi hermano muerto y a mi hijo, vas a ver lo que te voy a hacer y voy a tener que vivir con las consecuencias", le espetó Embiid a Hayes. Los reporteros presentes, tratando de cubrir la noticia, quedaron atónitos.
La NBA, sin esperar más, anunció una investigación formal sobre el incidente. El futuro de Embiid en la cancha, envuelto en un misterio, sigue siendo una incógnita.