La riña se produjo en la ciudad de San Juan de la Maguana, al oeste de Santo Domingo, cuando Franco acudió a la residencia de una mujer con quien tenía un vínculo sentimental. El encuentro se tornó hostil, involucrando a Franco, otro hombre y el padre de este último. Según fuentes oficiales, las tensiones subieron de tono debido al vínculo del pelotero con la mujer, lo que provocó un enfrentamiento.
La Fiscalía de la República Dominicana reveló que la policía encontró en el Mercedes Benz que conducía Franco una pistola Glock con cargador y 15 municiones. El arma, según las autoridades, estaba registrada a nombre de un tío del pelotero. Aunque no se registraron lesiones físicas durante la riña, las partes acordaron no presentar cargos por el incidente. Franco, quien ha rehusado hablar con la prensa sobre los cargos en su contra, ha expresado que "todo está en las manos de Dios".
El escándalo ha generado un revuelo en el mundo del beisbol, mientras se aguarda el desenlace del proceso legal que enfrenta Franco. Su futuro deportivo, que prometía ser brillante, se encuentra en un limbo, mientras que su imagen pública ha sido fuertemente impactada por los eventos recientes. La situación de Franco sirve como un recordatorio de que las acciones de las figuras públicas tienen consecuencias, y que incluso los atletas más talentosos pueden sucumbir a los errores y enfrentar la justicia.