Esta semana, la escena global se centró en Doha, un escenario que albergó más que un simple partido.
El viaje del Real Madrid a Qatar para la final de la Copa Intercontinental —un partido crucial contra el Pachuca este miércoles— resultó ser un preludio a una ceremonia de premiaciones llena de emociones. Justamente ahí, Vinicius Junior, la estrella brasileña del Real Madrid, recogió su premio como el mejor jugador del año en los premios “The Best” de la FIFA. Un triunfo significativo, considerando el contexto.
La decepción de la pasada ceremonia del Balón de Oro, donde el mediocampista del Manchester City, Rodri, se llevó el premio, aún resonaba. Se dice que tanto Vinicius como su equipo boicotearon la ceremonia en París en señal de protesta, una decisión que refleja la alta competitividad del mundo del fútbol de élite. La ausencia en París se convierte en una anécdota que contrasta con su presencia en Doha para recibir este reconocimiento de la FIFA.
Mientras tanto, en la rama femenil, Aitana Bonmati, la talentosa volante del Barcelona, consolidó su reinado. Se alzó con el premio a la mejor jugadora del año, sumando un triunfo consecutivo en la versión FIFA del Balón de Oro. Sus logros son impresionantes:
- Liga Española
- Copa Española
- Liga de Campeones de Europa
La coincidencia de ambos eventos en fechas tan cercanas, el viaje a Doha y las emociones contrastantes, dibujan un panorama complejo y fascinante en el mundo del fútbol profesional. El contraste entre la decepción y el triunfo, la competencia y la celebración, todo se entrelaza en una narrativa que seguramente seguirá dando de qué hablar.