Detrás de esta propuesta hay cifras preocupantes: estudios del Instituto Mexicano del Seguro Social revelan que "los trabajadores nocturnos desarrollan enfermedades crónicas 3.5 años antes que el promedio". La iniciativa no solo reduciría la jornada, sino que implementaría medidas concretas:
- Espacios de descanso con condiciones ergonómicas
- Prohibición de turnos nocturnos para mujeres embarazadas sin consentimiento
- Pausas obligatorias cada tres horas
El
diputado Juan Estuardo Rubio Gualito, principal promotor de la reforma, destacó durante la sesión plenaria que
esta medida beneficiaría directamente a más de 2 millones de personas en la Ciudad de México que laboran en sectores como:
- Transporte público
- Seguridad privada
- Servicios médicos
- Industria manufacturera
Lo más innovador de la propuesta radica en su enfoque científico. La reducción a seis horas se basa en investigaciones de la
UNAM que demuestran que
el rendimiento laboral nocturno cae drásticamente después de la sexta hora continua, aumentando un 40% los riesgos de accidentes.
Mientras la iniciativa viaja al Congreso de la Unión, sindicatos y cámaras empresariales ya preparan sus posicionamientos. Lo que parece claro es que la discusión sobre derechos laborales nocturnos acaba de encontrar un nuevo capítulo en la agenda pública.
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