Este escenario es el que muchos conocen como Pedra da Gavea, un coloso rocoso que desafía a los excursionistas con su compleja topografía.
Precisamente en este imponente escenario, el pasado 18 de diciembre, se escribió una historia inspiradora. Ezequiel da Luz, un atleta parapléjico de 40 años, procedente del sur de Brasil y viajando más de 1000 kilómetros en autobús, cumplió su sueño: conquistar la cima de Pedra da Gavea. Su ascenso, sin embargo, no fue una hazaña solitaria; contó con el invaluable apoyo del Colectivo de Inclusión, una organización que trabaja por la accesibilidad en espacios naturales.
La logística fue compleja. “¡Qué logística!”, exclamó Da Luz al iniciar su ascenso, mientras el equipo del Colectivo, compuesto por voluntarios expertos en senderismo y escalada, maniobraba con precisión una silla de ruedas especial dentro de un armazón metálico. Bruna Souza, administradora del grupo, explica la filosofía del Colectivo: “Podemos demostrar que si tenemos la voluntad, la inclusión puede ocurrir en cualquier lugar, no solo donde hay una rampa. No solo puedes ir a centros comerciales; puedes ir a otros lugares. Puede ser divertido para todos”.
El ascenso, que duró ocho horas y requirió vencer una desnivel de 800 metros, estuvo repleto de emociones. En la sección más peligrosa, conocida como Carrasqueira, el equipo utilizó un sistema de cuerdas para asegurar el ascenso de Da Luz. Una excursionista, Adriele Neves de 29 años, expresó su asombro: “Nunca he visto algo como esto en términos de accesibilidad, personas ayudando. Es un trabajo hermoso”.
La llegada a la cima fue un momento inolvidable. Con una bandera brasileña ondeando al viento, Da Luz fue recibido con una ovación espontánea. “No sabía que tenía tantos desafíos y tantos obstáculos”, comentó a la AP. “Hoy, estar aquí en Pedra da Gavea, junto con este grupo que promueve la inclusión, es la realización de un sueño”.
Aunque la cima estaba inicialmente envuelta en niebla, impidiendo la vista panorámica, un instante después las nubes se disiparon, revelando un espectáculo único. “Incluso en esto, Dios fue generoso”, reflexionó Da Luz. “Mira allí, qué vista increíble. ¡Qué visión tan maravillosa!”
El ascenso de Ezequiel da Luz a Pedra da Gavea no es solo una historia de superación personal, sino un testimonio poderoso de la importancia de la inclusión y la capacidad humana para superar los obstáculos más desafiantes, demostrando que la accesibilidad puede ir más allá de lo evidente.