La noticia que ha sacudido los cimientos del fútbol chino involucra a Guangzhou FC, anteriormente conocido como Guangzhou Evergrande, un gigante que marcó una época dorada para el balompié nacional. Este club, adquirido en 2010 por el gigante inmobiliario Evergrande, fue protagonista de una era de fichajes estelares y triunfos resonantes.
Con jugadores de talla mundial como el brasileño Paulinho y la dirección técnica de leyendas como Marcello Lippi y Luiz Felipe Scolari, Guangzhou acumuló ocho títulos de la Superliga china entre 2011 y 2019, además de dos Ligas de Campeones de Asia (2013 y 2015). Su modelo, basado en grandes inversiones, inspiró a otros equipos chinos a contratar figuras como Carlos Tevez, Nicolas Anelka, Oscar y Didier Drogba, elevando el perfil del fútbol chino a nivel global.
Sin embargo, el esplendor tuvo un final abrupto. La “pesada carga financiera resultante de temporadas anteriores”, según un comunicado del propio club, los ha llevado a una situación insostenible. Incapaz de cumplir con los requisitos financieros de la Asociación de Fútbol de China para competir en la temporada 2025, Guangzhou FC se ha visto obligado a disolverse el lunes.
Este anuncio, un golpe para los aficionados, no fue un caso aislado. El mismo día, Cangzhou Mighty Lions (Superliga) y Hunan Billows (tercera división) también anunciaron su disolución, revelando una crisis más profunda en el sistema futbolístico chino.
La Asociación de Fútbol de China, en un comunicado, señaló que solo 49 equipos cumplen los requisitos financieros para competir en las tres divisiones principales en 2025. La frase “manteniendo la operación financiera en un estado saludable e invirtiendo en la juventud con paciencia”, subraya la necesidad de un cambio de paradigma en la gestión de los clubes chinos, dejando entrever un futuro basado en la sostenibilidad y la formación de jugadores locales.
La disolución de Guangzhou FC representa el fin de una era, pero también la oportunidad para reconstruir un futuro más sólido y estable para el fútbol chino, un futuro que priorice la salud financiera sobre el brillo efímero de los fichajes millonarios.