Hablamos de acciones dentro del campo que trascienden la simple disputa por el balón, y que desembocan en consecuencias que impactan directamente en el desarrollo de la liga.
El foco se centra en Vinícius Junior, la estrella brasileña del Real Madrid. Su expulsión el pasado viernes durante el partido contra el Valencia, un encuentro que terminó con victoria merengue por 2-1, ha generado una ola de reacciones. La Real Federación Española de Fútbol (RFEF), a través de su Comité de Disciplina, ha anunciado una sanción que dejará al jugador fuera de las próximas dos jornadas de La Liga.
La polémica acción, que según el acta arbitral del árbitro César Soto Grado, constituyó una "agresión violenta al margen del juego, no estando en posibilidad de disputar el balón o el juego detenido", se produjo con el portero del Valencia, Stole Dimitrievski. El árbitro, tras revisar la repetición de video, determinó que Vinícius colocó sus manos cerca de la nuca del arquero macedonio, acción considerada como agresión. El acta arbitral especifica que el impacto se produjo "en la cabeza de manera deliberada, sin estar el balón en disputa, empleando fuerza no insignificante".
La reacción de Vinícius tras la tarjeta roja no pasó desapercibida. Tuvo que ser retirado del campo por su compañero Antonio Rüdiger y miembros del cuerpo técnico, debido a su intento de reclamar la decisión al colegiado. Además de la suspensión para el jugador, el Real Madrid deberá pagar una multa de 700 euros (723 dólares), mientras que Vinícius Junior deberá abonar 600 euros (620 dólares).
Este episodio pone de manifiesto la complejidad de juzgar acciones en tiempo real en el ámbito deportivo de alta competición. Las implicaciones de esta sanción son significativas para el Real Madrid y, sin duda, influirán en el desarrollo de los próximos partidos de La Liga.