Las lesiones, esos fantasmas que acechan a los atletas de élite, han vuelto a golpear con fuerza, dejando un rastro de incertidumbre y preguntas en el aire.
Hablamos, por supuesto, de Deshaun Watson, el controvertido quarterback de los Cleveland Browns, cuya carrera se encuentra en un punto de inflexión crítico. Su nombre, ligado a un contrato millonario de 230 millones de dólares firmado en 2022, ahora se asocia a una nueva y preocupante situación.
Tras una temporada plagada de dificultades — incluyendo una suspensión de la NFL y una serie de lesiones que lo dejaron en la banca la mayor parte del tiempo— Watson ha sufrido una segunda rotura del tendón de Aquiles en tres meses. Esto se suma a una serie de problemas que han marcado su paso por Cleveland, muy lejos del jugador dinámico que brilló con los Texans.
El anuncio oficial de los Browns, hecho público el viernes pasado, detalla cómo Watson sintió molestias en la pierna tras un “esguince” de tobillo en Miami. Una resonancia magnética posterior reveló la gravedad de la situación, lo que condujo a una nueva cirugía el jueves. La recuperación se prevé larga, estimada como un tiempo “significativo”, lo que casi con seguridad significa que se perderá toda la temporada 2025.
Esta lesión vuelve a poner en tela de juicio la continuidad de Watson en Cleveland. Los Browns le deben aún 92 millones de dólares, una cifra considerable que pesa sobre el equipo. Si bien existe un seguro que podría mitigar el impacto financiero, la situación es compleja. "El equipo recopilaba más información", según declaró a principios de semana Andrew Berry, gerente general del equipo, antes de conocerse el diagnóstico final.
La situación es especialmente delicada si se considera el rendimiento decepcionante de Watson en los pocos partidos que jugó esta temporada. Su desempeño estuvo lejos de las expectativas, con una estadística de yardas por juego muy baja y una reacción negativa de parte de algunos aficionados durante un encuentro tras una lesión anterior. Este descontento se suma a las acusaciones de agresión sexual y acoso que lo persiguen desde su etapa en Houston, lo que ha generado una controversia que ha trascendido el terreno de juego.
Con la temporada 2024 ya terminada y un futuro incierto para Watson, los Browns se enfrentan a un reto mayúsculo. Se espera que el equipo refuerce su plantilla en la posición de mariscal de campo, incluyendo la posible selección de Shedeur Sanders o Cam Ward en el draft, además de la búsqueda de un mariscal de campo veterano. La franquicia deberá tomar decisiones estratégicas clave para el futuro, en un contexto en el cual las apuestas son altas y la incertidumbre, inevitable.