Resulta que la expansión global de la liga, con partidos ya celebrados en países como Inglaterra, Alemania, México y Brasil, y con uno programado para 2025 en España, ha llevado a Roger Goodell, comisionado de la NFL, a considerar una idea audaz: un Super Bowl fuera de Estados Unidos.
Goodell, en declaraciones recientes, señaló que “Creo que hay potencial de que algún día tengamos una franquicia internacional. Si eso sucede, no me sorprendería en absoluto si un Super Bowl se sigue y se juega ahí”. Esta afirmación, hasta ahora solo una posibilidad, ha generado un gran revuelo entre los aficionados y expertos del deporte.
La propuesta, sin embargo, no está exenta de retos. Un Super Bowl internacional presentaría desafíos logísticos significativos, especialmente en cuanto a las franjas horarias. Las cadenas de televisión estadounidenses, acostumbradas a la transmisión en horario estelar, tendrían que adaptarse a horarios menos convenientes para su público objetivo.
Más allá de la logística, la expansión a una franquicia internacional podría abrir nuevas oportunidades de mercado y diversificar la base de aficionados de la NFL, atrayendo a millones de seguidores en nuevos territorios. La elección del país anfitrión de un Super Bowl internacional sería un factor clave para el éxito de este evento.
Para los amantes del fútbol americano en México, la posibilidad de un Super Bowl en nuestro país es, sin duda, un sueño que cada vez se ve más cercano. Sólo el tiempo dirá si esta visión se convierte en realidad.