Hablamos de estrategia, de goles que se celebran con pasión, y de momentos que se quedarán grabados en la memoria de los aficionados.
Los Rayados de Monterrey, con su habitual garra, iniciaron su andadura en la primera ronda enfrentando al Forge FC en el Tim Hortons Field. Desde el silbatazo inicial, se percibió la superioridad regia. Fidel Ambriz y Nelson Deossa, como líderes en la cancha, dirigieron la orquesta albiazul, controlando la posesión y frustrando las embestidas canadienses.
Sin embargo, el Forge tuvo sus oportunidades. En un par de ocasiones, estuvieron a punto de tomar la delantera, poniendo a prueba al arquero mexicano, Luis Cárdenas. La tensión crecía con cada llegada, pero el marcador permaneció inamovible hasta el descanso. Un disparo de Iker Fimbres, que rozó el poste, fue la última emoción antes del medio tiempo.
La segunda parte fue una muestra del poderío regiomontano. Un preciso disparo de Deossa rompió el cero a cero, abriendo el camino para la victoria. A partir de ese momento, los Rayados se adueñaron completamente del partido, aprovechando los errores del conjunto canadiense. Y fue así como Cortizo, con una entrada contundente, selló la victoria con el 2-0 definitivo. "Fue un partido trabajado, pero logramos el objetivo," comentó un jugador anónimo tras el encuentro.
Los últimos minutos vieron al Forge intentar descontar con un pase profundo de Tristan Borges a Rezart Rama, pero la jugada fue invalidada por fuera de juego. La victoria quedó en manos de Monterrey, quienes ahora se enfocan en el partido de vuelta el 11 de Febrero. Su próximo rival en octavos de final saldrá del enfrentamiento entre el Vancouver Whitecaps o el Saprissa de Costa Rica. Una serie de partidos que prometen ser igual de emocionantes.
El camino hacia el título está lleno de retos, pero los Rayados han dado un paso firme. La Concacaf Champions Cup sigue su curso, dejando una estela de goles y emociones.