NBA All-Star: Nuevo formato revoluciona el juego
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Nombres como Kevin Durant, quien expresó abiertamente su desagrado inicial —"Lo odio. Absolutamente lo odio. Terrible"—, o Anthony Davis, con su más cauto "No me gusta mucho", reflejan la incertidumbre que rodea esta nueva propuesta.
La NBA ha pasado por diferentes etapas en el All-Star. Recordemos anécdotas como la expulsión de Red Auerbach por discutir una decisión arbitral, o las múltiples faltas de Rick Barry y Bob Cousy. Incluso hay precedentes de incidentes como el que protagonizaron Dwyane Wade y Kobe Bryant en 2012, donde Wade, tras romperle la nariz a Bryant, recibió una falta flagrante; una llamada a disculparse luego resultó innecesaria, según cuenta Wade, con la respuesta de Bryant siendo un simple “Hermano, me gustó”.
Pero el problema no son solo los incidentes aislados; la liga ha intentado, durante años, que los jugadores se tomen el All-Star Game más en serio. La solución adoptada es radical: un mini-torneo.
Este nuevo formato implica tres partidos sin reloj, donde el primer equipo en alcanzar 40 puntos se lleva la victoria. Con plantillas de ocho jugadores, se incrementa la intensidad y la posibilidad de una victoria sorpresiva. De hecho, existe la posibilidad real de que un equipo sin ningún All-Star se lleve el título.
El torneo, con un premio total de 1.8 millones de dólares (125,000 dólares por jugador en el equipo campeón, 50,000 para el subcampeón y 25,000 para los semifinalistas), cuenta con cuatro equipos: tres formados por Shaquille O’Neal, Kenny Smith y Charles Barkley a partir de los 24 All-Stars, y un cuarto equipo conformado por el ganador del evento Rising Stars del viernes, donde participan jugadores que ni siquiera están en la NBA actualmente.
Jugadores como Tyler Herro, debutante en el All-Star, admiten la incertidumbre: "No sé si todos entienden cómo va a funcionar esto, pero todos querrán ganar". Mientras que otros, como Kevin Love, recuerdan un tiempo pasado donde la competitividad era mayor, observando el cambio del All-Star como parte de la evolución del juego, con el aumento de triples y una menor intensidad, a diferencia de la época de un juego más similar al séptimo partido de las finales.
Shai Gilgeous-Alexander resume el sentir de muchos: "Que intenten cambiar las cosas tiene sentido, pero al final del día, dependerá de si los jugadores quieren darlo todo, y me encantaría ver eso". El éxito de este nuevo formato, queda por verse, pero promete una experiencia completamente diferente a lo que hemos presenciado en años anteriores, con partidos mucho más cortos y una intensidad que podría dar paso a un resultado inesperado.