Tarjeta única de Paul Skenes: Subasta rompe récords

No se trata de un bate legendario ni de una pelota histórica, sino de algo mucho más… inesperado.
El protagonista de esta historia es Paul Skenes, el as de los Piratas de Pittsburgh. Su debut en las Grandes Ligas, en mayo pasado, no solo marcó el inicio de su carrera profesional, sino también el nacimiento de un objeto de deseo para los coleccionistas más exigentes: una tarjeta de béisbol con un trozo de la camiseta que Skenes usó en su primera apertura. Esta no es una tarjeta cualquiera; es única, con un parche de la icónica camiseta número 30.
La subasta, que comienza el jueves y se extiende hasta el 20 de marzo, está organizada por Fanatics Collect. Su CEO, Nick Bell, afirma: “La cobertura sobre esto, en mi opinión, es mucho más grande. Realmente no puedo recordar una similar, para ser sincero. Es bastante excepcional.” El interés generado supera cualquier expectativa, incluso para piezas de leyendas como Honus Wagner o Mickey Mantle. ¿El secreto? La combinación de la incipiente fama de Skenes, de tan solo 22 años, y una estrategia innovadora por parte de los Piratas.
Los Piratas, en su intento por asegurar la tarjeta, ofrecieron un incentivo poco común: “boletos de temporada detrás del plato en PNC Park por 30 años”. Pero la oferta fue rechazada. La tarjeta, inicialmente parte de un regalo navideño para un niño de 11 años en Los Ángeles, acabó en manos de Fanatics Collect, quienes han gestionado su autenticidad y promoción durante los últimos dos meses.
El joven coleccionista, que tuvo la oportunidad de mostrarle la tarjeta a Skenes en el Super Bowl, se mostró sorprendido por el revuelo generado: “Nunca hubiera imaginado cuánto bombo había alrededor de esto, lo cual es genial”, confesó el propio Skenes.
Las ganancias de la subasta serán donadas por Fanatics Collect al Fondo de Ayuda contra Incendios de Los Ángeles. Una subasta que, más allá del valor monetario que pueda alcanzar, representa un hito en la era digital, donde la viralidad y la historia personal se convierten en activos fundamentales para el coleccionismo deportivo.