Fue Abelito, el tercer lugar, quien detonó la emoción colectiva al recibir su resultado con una mezcla de orgullo y nostalgia. Pero el verdadero giro llegó cuando Aldo de Nigris, aún con el micrófono en mano, hizo una pausa y miró directamente a su compañero. "No puedo aceptar esto sin que él también tenga su parte", declaró el exfutbolista, refiriéndose al premio de 4 millones de pesos.
Detrás de ese instante había meses de complicidad:
- Los códigos internos que solo ellos entendían
- Las madrugadas de confesiones en la casa
- El apodo "Hermanito" que Abelito le puso a De Nigris
En redes, los testigos de este capítulo coincidieron en algo: más allá del rating o los premios, la imagen de ambos contendientes saliendo del foro con los brazos entrelazados será el recuerdo imborrable de esta temporada. Un reality que, contra todo pronóstico, terminó celebrando la lealtad por encima del triunfo individual.
