Crisis en la Juventus: despido de Motta y silencio en el Allianz Stadium

Más allá de los resultados en la cancha, la atmósfera en el club se ha cargado de una electricidad palpable, un silencio incómodo que resuena en los pasillos del Allianz Stadium.
El despido de Thiago Motta el domingo pasado, tras una temporada marcada por la decepción, ha destapado una grieta más profunda de lo que inicialmente se creía. La Juventus, fuera de toda competición y al borde de quedarse sin Champions League, con siete goles encajados en sus últimos dos partidos y sin lograr anotar ninguno, ha visto cómo la relación entre Motta y varios jugadores clave se deterioraba paulatinamente. Su salida, sin embargo, no ha sido acompañada por una ola de muestras públicas de apoyo.
El silencio es ensordecedor. Excepto por un breve mensaje en Instagram de Samuel Mbangula, el joven extremo belga que debutó en el primer equipo gracias a Motta, el resto del plantel ha mantenido un perfil bajo. “Gracias por todo, míster. Nunca podré agradecerte lo suficiente por haber confiado en mí desde el principio y por haberme permitido cumplir parte de mi sueño, la parte más importante en cualquier caso... Te deseo lo mejor para el futuro,” escribió Mbangula. Un oasis de gratitud en un desierto de silencio.
Mientras tanto, la solidaridad con Motta ha llegado desde otros rincones del fútbol italiano. Simone Inzaghi (Inter de Milán) y Gian Piero Gasperini (Atalanta) han expresado su apoyo, con Inzaghi asegurando que “creo que volverá muy pronto porque es un muy buen entrenador.” Motta, por su parte, emitió un comunicado breve pero contundente, agradeciendo a la directiva, al staff y a los jugadores, destacando su “determinación y deseo de mejorar cada día.”
El lunes, Igor Tudor, su sucesor, dirigió su primera sesión de entrenamiento, una sesión con un plantel reducido, ya que la mayoría de los jugadores están con sus selecciones nacionales. Tudor, quien jugó para la Juventus entre 1998 y 2007 y ya trabajó como asistente técnico en el club, ha firmado un contrato hasta junio, con opción a renovación si el equipo consigue clasificarse para la Liga de Campeones. La situación es delicada: la Juventus se encuentra a un punto del Bologna, que ocupa la cuarta plaza que da acceso a la Champions. El sábado, el partido contra el Genoa será una prueba crucial.
La llegada de Tudor, con su pasado en el club y su experiencia en otros equipos como Udinese, Hellas Verona y Lazio, representa un intento de recomponer el ambiente y enderezar el rumbo deportivo. Pero la sombra del silencio aún planea sobre la Vecchia Signora.