Muere Steve McMichael, leyenda de Chicago Bears a los 67 años

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Chicago despide a una leyenda, un ícono que trascendió el emparrillado y se convirtió en parte integral de la cultura local. Su historia, una mezcla explosiva de talento deportivo, carisma desbordante y una personalidad que cautivaba, resonó en la ciudad del viento durante décadas

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René Cardenas el 23/04/2025 04:40 PM.
En Deportes y editada el 23/04/2025 04:51 PM.

Steve McMichael, el imponente tackle defensivo de los Chicago Bears, el equipo campeón del Super Bowl en 1985, falleció el miércoles a los 67 años. Su publicista, Betsy Shepherd, confirmó la noticia a la Associated Press. La causa de su muerte fue la ELA, enfermedad que le diagnosticaron en abril de 2021.

Más allá de sus impresionantes estadísticas – “Este no es el final que imaginé”, confesó McMichael al Chicago Tribune al hablar sobre su enfermedad – McMichael dejó una huella imborrable. All-Pro en 1985 y 1987, su ingreso al Salón de la Fama del Fútbol Americano Profesional en 2024 reflejaba su grandeza. Jugó un récord de franquicia de 191 juegos consecutivos entre 1981 y 1993, ubicándose segundo en la lista de sacks de los Bears con 92 ½, solo superado por Richard Dent.

Su paso por la NFL culminó en Green Bay en 1994, pero su legado apenas comenzaba. Conocido como "Ming The Merciless" y "Mongo" – en referencia al personaje de "Blazing Saddles" – su personalidad arrolladora lo llevó al mundo de la lucha libre profesional a finales de la década de 1990. Cinco años en la World Championship Wrestling, donde empezó como comentarista y luego se unió a Ric Flair en "The Four Horsemen", demostraron su versatilidad y capacidad para conectar con la audiencia.

La ELA, también conocida como enfermedad de Lou Gehrig, afecta las células nerviosas en el cerebro y la médula espinal, provocando la pérdida del control muscular. A pesar del diagnóstico, McMichael mantuvo su espíritu indomable, una actitud que lo caracterizó tanto en el campo como fuera de él. Su impacto en Chicago trasciende el deporte; fue una figura pública querida, recordada por su franqueza y su conexión genuina con la ciudad.

Su influencia se extendió más allá de las estadísticas y los combates; se convirtió en un ícono cultural de Chicago, recordado por su autenticidad y carisma único. Un legado que perdurará en la memoria de quienes lo conocieron y admiraron.