Muere Nino Benvenuti, leyenda del boxeo italiano

La noticia, aunque triste, nos recuerda la grandeza de un deportista que trascendió las cuerdas del ring.
El Comité Olímpico Nacional Italiano (CONI) confirmó el fallecimiento de Nino Benvenuti a sus 87 años. Aunque no se ha revelado la causa de su muerte, la noticia ha conmocionado al país y al mundo del boxeo. Su nombre se une a la lista de figuras icónicas que han dejado una huella imborrable en este deporte.
Benvenuti, más que un campeón, fue un ícono. Su palmarés es envidiable: medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Roma 1960, títulos mundiales en peso superwelter y mediano. Su nombre está indisolublemente ligado a la memorable trilogía de combates contra Emile Griffith a partir de 1967, una rivalidad que marcó una época en el boxeo.
En 1967, Benvenuti se impuso a Griffith en el Madison Square Garden para arrebatarle el cinturón mediano. Si bien Griffith se tomó revancha ese mismo año, Benvenuti recuperó la corona en 1968, demostrando su tenacidad y maestría en el cuadrilátero. Su carrera, sin embargo, no estuvo exenta de retos. En 1970, Carlos Monzón, el legendario boxeador argentino, lo derrotó por nocaut en Roma, en una pelea que se grabó en la memoria de muchos aficionados.
Más allá de sus títulos profesionales, Benvenuti siempre destacó la importancia de su medalla de oro olímpica. “Cuando ganas los Juegos Olímpicos, eres campeón olímpico por el resto de tu vida,” afirmó en alguna ocasión. Un triunfo que compartió con otros grandes como Cassius Clay, futuro Muhammad Ali, a quien superó para ganar el prestigioso trofeo Val Barker al mejor boxeador de los Juegos. “Solo me di cuenta de la importancia de ese premio en los años que siguieron a los Juegos, cuando Muhammad Ali realmente se convirtió en Muhammad Ali y el mejor boxeador del mundo,” recordaba Benvenuti.
Su trayectoria amateur, según el Comité Olímpico Internacional, fue excepcional: solo una derrota en 120 combates. Tras su paso al profesionalismo en 1961, cosechó éxitos rotundos, pero para él, nada superaba la gloria olímpica. El CONI lo recuerda como uno de los mejores boxeadores italianos de la historia, “y ciertamente uno de los atletas más queridos”. Su legado, sin duda, perdurará en el tiempo.
Benvenuti, el elegante boxeador, deja un vacío difícil de llenar. Su historia, más allá de los golpes y las victorias, es un ejemplo de dedicación, talento y perseverancia. Un ícono que se despide, pero cuya leyenda sigue viva.