Scottie Scheffler: El campeón que cuestiona el éxito en el golf

"¿Es genial poder ganar torneos y lograr las cosas que he logrado en el golf? Sí, me trae lágrimas a los ojos solo pensarlo porque literalmente he trabajado toda mi vida para ser bueno en este deporte", confesó Scheffler en una charla previa al Abierto Británico. Pero luego vino la revelación: "No estoy aquí para inspirar a alguien a ser el mejor jugador del mundo porque, ¿cuál es el punto? Esta no es una vida plena".
Mientras otros como Rory McIlroy hablan de la fatiga de perseguir metas sin fin—"Es como estar en la rueda de hámster"—, Scheffler parece encontrar satisfacción en la rutina misma. Para él, la emoción no está solo en los trofeos, sino en la competencia diaria, incluso en apuestas triviales con su caddie, Ted Scott. Una anécdota lo retrata a la perfección: durante un partido en Cypress Point, tras lesionarse la mano haciendo ravioles, Scheffler no solo venció a Scott, sino que contó en voz alta cada hoyo que le arrebataba. "Estaba seis bajo par en seis hoyos. Le di los 100 dólares y dije: ‘No digas nada más. Quiero disfrutar mi día’", recordó Scott entre risas.
La paradoja de Scheffler resuena en sus propias palabras: "¿Por qué quiero ganar este torneo de golf tan desesperadamente? No lo sé. Porque, si gano, va a ser increíble por dos minutos. Luego llegaremos a la próxima semana". Xander Schauffele, compañero y rival, lo resume así: "Por eso ha sido el número uno y ni siquiera ha olfateado mirar hacia atrás". No es desdén, sino una búsqueda distinta—una que, curiosamente, lo mantiene imbatible.