Con más de 30,000 fanáticos abarrotando el campo, el primer japonés en ingresar al Salón de la Fama del Béisbol no decepcionó. Entre sombrillas y banderas niponas, Suzuki demostró que su talento no se limita al diamante. "Tres mil hits o 262 en una temporada son logros reconocidos... bueno, por casi todos", soltó con picardía, lanzando una indirecta al único periodista que no votó por él.
- La clase del 2025 también incluyó a CC Sabathia y Billy Wagner.
- Dave Parker y Dick Allen fueron reconocidos póstumamente por el Comité de Era.
- Sabathia aprovechó para hablar sobre la representación afroamericana en las mayores.
Lo que muchos no esperaban era el
carisma escénico de Ichiro. Desde bromas sobre su paso por los Marlins —
"nunca había oído hablar de ese equipo"— hasta reflexiones profundas:
"El béisbol me enseñó a tomar decisiones sobre lo que realmente importa". Su discurso de 18 minutos en inglés, salpicado de humor y gratitud, cautivó incluso a los 52 miembros del Salón presentes.
Detrás de las risas, hubo números contundentes:
- 99.7% de los votos para Suzuki, a un paso del unanimidad.
- 4,367 hits combinados entre MLB y la liga japonesa, superando a Pete Rose.
- 10 Guantes de Oro y 10 temporadas con 200 o más hits.
Mientras Sabathia honraba a Parker como
"figura paterna para una generación de estrellas negras", Wagner recordó su improbable camino:
"Solo hay 8 relevistas en el Salón porque me negué a rendirme". Pero el día perteneció al japonés que convirtió el bateo en arte. Cuando la multitud coreaba su nombre, quedó claro: Ichiro no solo entró al
Salón de la Fama; le dio una
maestría en cómo conquistarlo con estilo.
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