"Cada vez que puedo juego", confiesa entre risas Carlos Alcaraz, el joven prodigio español que ya sabe lo que es levantar trofeos en Flushing Meadows.
Detrás de esta moda hay nombres que sorprenden: desde Rafael Nadal hasta Roger Federer, quienes intercambian pelotas amarillas por verdes fairways. Incluso Casper Ruud, finalista en el US Open 2022, carga palos en sus giras. "¿A quién deberíamos desafiar a un partido?", escribió el noruego en Instagram junto a Alcaraz, revelando una rivalidad fuera de las canchas.
- Sebastián Korda, criado entre raquetas y putts (sus hermanas son golfistas profesionales), lo define así: "Ambos deportes exigen resolver problemas bajo presión".
- Jessica Pegula, top 10 del tenis femenil, admite que el golf la "agudiza mentalmente", aunque tras un mal round llegó a guardar los palos temporalmente.
- Sergio García, campeón del Masters, no duda: "Los tenistas tienen swing. Nadal juega como vive: con garra".
Lo curioso es ver cómo los retirados como Federer se entregan al golf con la misma obsesión que antes dedicaban al tenis. Rory McIlroy, testigo de excepción desde las gradas del Arthur Ashe, revela: "Roger tiene técnica impecable. Ahora que su familia también juega, se ha vuelto su nueva pasión". Un detalle que Nadal ya anticipó en Mallorca, donde junto a Federer demostraron que el drive puede ser tan adictivo como un passing shot.
