DeChambeau abre fuego en la Ryder Cup con un mensaje claro para Europa

No es casualidad. Detrás de esa decisión hay un cálculo meticuloso: "Queremos enviar un mensaje desde el primer hoyo", admitió el propio DeChambeau mientras ajustaba el grip de su driver en el campo de prácticas.

El partido inaugural enfrentará a dos duplas explosivas:

• Estados Unidos: DeChambeau y Justin Thomas, este último con algo más que habilidad para demostrar tras una temporada irregular.
• Europa: Jon Rahm, invicto en este formato, y Tyrrell Hatton, cuyo temperamento suele ser tan ardiente como su juego.

Mientras el estadounidense ensayaba drives de 365 yardas —"Eso no es nada, ¿verdad?", bromeó—, el equipo europeo pulía estrategias distintas. Luke Donald, su capitán, rompió parejas históricas: separó a Viktor Hovland y Ludvig Aberg, aunque mantuvo la dupla ganadora de Roma, Rory McIlroy y Tommy Fleetwood. "Esto no es 2021", parecen decir los europeos, conscientes de que no ganan como visitantes desde 2012.

El hoyo 1, un par 4 de 389 yardas con giro cerrado a la derecha, será la primera batalla. DeChambeau ya lo imaginaba mientras practicaba: en Whistling Straits (2021), llegó al green de un solo golpe. Hoy, con Thomas como cómplice, busca repetir la hazaña. Bradley lo sabe: "Bryson prospera cuando el escenario es grande. Queremos que haga lo suyo". Entre tanto, Rahm y Hatton afilan su juego corto, arma letal en el formato de tiro alterno donde un error puede costar el punto.

El campo, aún pesado por el agua, añade otro factor. Los drivers largos de DeChambeau podrían hundirse en el rough, mientras los europeos apuestan por precisión. La psicología también juega: Thomas carga con la presión de demostrar que merecía el wild card, y Hatton debe controlar su famoso genio. Mientras el sol seca el césped, una pregunta flota entre los espectadores: ¿el mensaje de Estados Unidos será recibido, o Europa convertirá el Black en otro fortín invencible?

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