No es cualquier partido. "En el Sudamericano nos costó, empatamos y ganamos, los dos partidos muy parejos", advierte Diego Placente, técnico de Argentina, recordando los choques previos contra Colombia. Los números no mienten: la Albiceleste arrastra una racha imbatible de cinco victorias en el torneo, con 14 goles a favor y solo dos en contra. Sin embargo, el combo de eficacia y jerarquía que los llevó hasta aquí enfrentará su prueba más dura.
- Argentina sueña con repetir la hazaña de Canadá 2007, cuando Agüero y Di María levantaron el trofeo. Hoy, nombres como Alejo Sarco (4 goles) y Mateo Silvetti —compañero de Messi en el Inter Miami— cargan con esa ilusión.
- Colombia, por su parte, llega tras una épica remontada 3-2 contra España, aunque sin su goleador estrella Néiser Villarreal (5 goles), suspendido. "Se definirá en detalles", anticipó su entrenador César Torres.
Más allá del duelo sudamericano, el otro partido no desmerece drama. Marruecos, la revelación del torneo, ha dejado en el camino a gigantes como Brasil y España con un fútbol pragmático y letal en contragolpes. Su capitán Othmane Maamma (4 goles asistidos) lidera un equipo que ya igualó su mejor participación histórica. Frente a ellos, Francia arrastra la baja de Saimon Bouabr —vetado por su club saudí—, pero conserva el ímpetu que les permitió superar a Japón
en el minuto 123 con un penal de infarto.
Las semifinales no solo definirán finalistas, sino el pulso de una generación. Mientras Argentina apela a su ADN ganador (6 títulos Sub20), Colombia y Marruecos buscan escribir su primera gran página. El escenario está listo; solo falta el silbatazo.
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