Los Ángeles
Tim Burton está en la ciudad de México para promocionar su film de animación Frankenweenie.
Burton, con su característico cabello ensortijado y perfectamente despeinado, vestido de negro, escucha atento las preguntas, sus ojos pequeños se clavan directamente en los del entrevistador. Es fácil percibir que le gusta mirar.
“Frankenweenie no es una película sobre la muerte o los límites de la ciencia (un niño revive a su querido Sparky, un perro que muere atropellado), en realidad es una cinta sobre el amor, lo que se hace por amor a alguien”.
Burton, de alta estatura y piel blanca, esperó más de veinte años para concretar Frankenweenie como un largometraje, el estudio Disney no lo apoyó en su momento, la historia quedó en un cortometraje que vio la luz en 1984.
Sobre el paso del tiempo y una de las figuras emblemáticas de su filmografía, Winona Ryder, con quien trabajó en Eduardo Manos de Tijera en 1990, comenta: “es especial regresar con ella, me sorprende que todavía pueda hacer la voz de una niña!”, confiesa entre risas.