México, DF
En sus inicios radiofónicos fue conocido como El Guasón del Teclado, dedicando sus fábulas a la crítica social. Contaba chistes e historias acompañado de su piano. Hoy, su valioso legado aún persiste en el medio artístico y en la sociedad en general.
En su 105 aniversario, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, secundada por Google con un doodle, recuerdan a Francisco José Gabilondo Soler, cuya obra marcó para siempre el imaginario infantil de los mexicanos, poblándolo de personajes, relatos, fantasías y armonía.
Desde muy niño, Soler abandonó la escuela de manera oficial. Pero eso no restó nada a su vida, continuó estudiando de manera autodidacta poniendo especial empeño en la literatura y la música.
Le hubiera gustado ser pirata, conocedor de los siete mares; es lo que llegó a confesar en algunas entrevistas. Esto quizá por la influencia de las obras de Hans Christian Andersen, Julio Verne y Emilio Salgari a quienes admiraba profundamente.
Gabilondo Soler poseía conocimientos básicos en música, pero gracias a su buen oído y su implacable disciplina perfeccionó su talento lírico en el piano, así comenzó su carrera como compositor y narrador de historias.
Fue gracias a su narrativa, dedicación y entrega que el 15 de octubre de 1934, la XEW le concedió un espacio radiofónico de 15 minutos en donde se presentó por primera vez al público infantil interpretando canciones de su propia inspiración.