Nueva York, NY.
A sus 46 años, Julia Roberts realiza uno de los papeles más dramáticos con el filme ‘August’.
Veinticuatro años después de Pretty Woman, Julia Roberts sigue siendo la sonrisa de Hollywood, pero vuelve a sonar para la temporada de premios con uno de sus papeles más dramáticos en August, basada en la premiada obra de Tracy Letts sobre los demonios de una familia dominada por Meryl Streep.
“Pobre Bárbara, cuando empieza la película está en una posición terrible con todos los que le rodean: su marido, su hija, su madre... A veces solo tienes que llegar a ese punto en el que tienes que preguntar qué quieres de estas personas y qué quieres de ti mismo”, explicó Roberts en una entrevista refiriéndose a su personaje.
Amor-odio hacia su sangre
Hija de Meryl Streep, madre de Abigail Breslin, mujer de Ewan McGregor y hermana de Juliette Lewis y Julianne Nicholson, Roberts afronta no sin dificultad moral pero con indiscutible éxito artístico el sentimiento de amor-odio a su propia sangre.
“Definitivamente tenía mucho trabajo que hacer y es divertido afrontar un reto como este. Tenía que estar de verdad absolutamente concentrada en lo que estaba pasando. Saber qué secretos conocía mi personaje en ese momento y cuáles no. Tracy (Letts) creó para nosotros un mundo muy complicado en el que vivir”, aseguró Roberts.
Su personaje fue creado para un texto ganador de los premios Pulitzer y Tony que, en su traslación cinematográfica, está orquestado por John Wells y parece diseñado para reencontrar a Roberts con la competencia por el Oscar después de 12 años sin ni siquiera estar nominada.
“Siempre es una experiencia feliz y excitante, pero no es una motivación”, precisó la actriz ante ese potencial reencuentro con la estatuilla dorada.
La ganó por Erin Brockovich en 2001 y había estado dos veces nominada en 1989 y 1990, por Steel Magnolias y Pretty Woman.
Drama familiar
August: Osage County se estrenó en Estados Unidos el 25 de diciembre de manera limitada, quizá para hacer sentir a todo el mundo que su familia es bastante mejor que la que se ve en el filme, y se abre al gran público el próximo fin de semana.
También llegará a los mercados latinoamericanos a tiempo para la temporada de los grandes premios.
Su texto tiene mimbres de clásico. En la más pura tradición de los hitos dramáticos de Tennessee Williams, junta una gran casa en el sur de Estados Unidos, una familia desestructurada y mucho calor, lo que incuba inevitablemente la catarsis.
“Es como una poción mágica para el drama, las intrigas y la gente que no está en su mejor momento”, bromeó Roberts, quien, pese a lo desestabilizador de los secretos que se desvelan en el filme, consideró la honestidad fundamental entre parientes.
“Creo que todos a estas alturas ya nos hemos dado cuenta de que no es bueno guardar secretos. Especialmente los de este tipo, los grandes, grandes. Están los que intentas suavizar y no cuentas las verdades completas, como cuando le dices a alguien cómo le quedan unos pantalones. Pero los que afectan a esta familia son más del tipo de los que cambian toda una vida”, advirtió.