Según confirmó el gobierno ruandés este jueves, el grupo llegó a mediados de agosto y fue recibido por una organización internacional no identificada. "Tres de los individuos han expresado su deseo de regresar a sus países de origen, mientras que cuatro prefieren quedarse y construir una vida en Ruanda", declaró Yolande Makolo, portavoz oficial.
Los detalles del acuerdo:
- Firmado en junio entre EE.UU. y Ruanda
- Capacidad para recibir hasta 250 migrantes
- Incluye capacitación laboral y acceso a salud
Pero
Ruanda no es el único país africano involucrado. Eswatini, Sudán del Sur y Uganda también han aceptado recibir deportados, este último con la condición expresa de que no tengan antecedentes penales. La medida forma parte de una estrategia más amplia que ya ha enviado
migrantes a al menos una docena de naciones durante el segundo mandato de
Trump.
Los datos revelan un patrón preocupante: los venezolanos representan el 36.71% de estos deportados a terceros países, según información analizada por el Deportation Data Project de la Universidad de California. Le siguen guatemaltecos (20%) y hondureños (7.8%).
Entre los destinos más insólitos registrados:
- 2 deportados a Austria
- 1 a Italia
- 1 a Siria
- 1 a Vanuatu (isla en el Pacífico)
El caso más polémico involucró a más de 200 venezolanos enviados a una megaprisión en El Salvador, donde denunciaron abusos antes de ser liberados como parte de un acuerdo trilateral. Mientras las autoridades defienden estos programas como soluciones pragmáticas, las organizaciones de
derechos humanos cuestionan cada vez más sus métodos y consecuencias.
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