Mamá para rato, un lazo más allá de la muerte

En la comedia, una mujer que crió sola a sus hijos debe regresar de la muerte para ayudarlos a ordenar sus caóticas vidas

Mamá para rato, un lazo más allá de la muerte
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Como lo marca la tradición en México, en el Día de Muertos se abren los portales para que las almas de los difuntos regresen a visitar a sus seres queridos. Es el encuentro entre el mundo de los vivos y los muertos. La premisa es bien conocida en nuestro país y es por ello que la película Mamá para rato, dirigida por Noé Santillán-López con guion de Constanza Boquet y protagonizada por Carmen Beato, José Eduardo Derbez, Tato Alexander y Gustavo Egelhaaf, resulta más que conmovedora.

El filme, disponible ya en HBO Max, es una divertida comedia en la que una mamá, mexicana desde luego, baja del cielo sólo para darse cuenta que la vida de sus hijos es un caos y que han perdido el camino que ella considera correcto.

Es por ello que, aunque sus hijos son ya adultos, decide regresar a ordenar” sus vidas y ayudarles a seguir. Es así como la película conecta con el espectador, por esa anhelada sensación de quienes han perdido a alguien: sentir su presencia, su cariño y, por un tiempo, poder escuchar de nuevo su voz.

Es una película familiar, de la vida, de tantas mamás solas que crían a sus hijos sin la presencia paterna. Entonces, se vuelve el pilar. Cuidan tanto a sus hijos y les ha costado tanto trabajo sacar a la familia adelante, que es muy difícil soltar. Es una mamá que por amor es muy controladora, pero muy amorosa.

Lo que me gustó de esta película es que las actuaciones fueron absolutamente realistas y verdaderas. Las situaciones eran las cómicas. Fue como presentar la vida sin estarnos haciendo los graciosos, sino como son las relaciones de mamá e hijo.

Lo que es bonito de esta tradición es que un día en que recuerdas y los festejas, amorosa y alegremente; los consientes. Siempre están presentes, pero tener un día para festejarlos es maravilloso, porque es un día de vida en la muerte”, expresó Carmen Beato a Excélsior.

Para la actriz, el personaje de esta madre también aborda el tema de la educación en los hijos y de la dependencia.

A veces es más fácil no educar que educar cuando amas mucho. Al querer proteger, no dejas que el otro se desarrolle, vuele y saque lo mejor. Es un acto amoroso, equivocado, pero amoroso. Hay veces que, aunque duela, hay que dejarlos solos y tener confianza de que pueden y que si no estás, no pasa nada; soltar”, añadió.

José Eduardo Derbez recrea a uno de los hijos, Rafa, un joven actor que en su infancia tuvo éxito con un personaje infantil y que ahí se estancó, sobre todo tras la pérdida de su mamá que lo ayudaba en todo y que lo animaba a intentar; a saber que sí podía.

Esta persona que lo cuidaba y protegía, cuando se le va, siente que su mundo se le fue. Si a eso le sumas que era medio flojo, un poco más, pero era el consentido y su mamá no le enseñó a hacer las cosas solo, porque él siempre era el que ‘no puede, porque está chiquito’. Lo ideal es enseñarles a los muy chiquitos cómo está el jale.

En cuanto a que Rafa es un actor, no me identifico, porque yo empecé mi carrera como a los 18 años, ya adulto. No fui como este personaje, pero hay muchos quienes de chiquitos fueron un exitazo y hoy siguen subiendo escenas de hace 25 años. En mi caso, mi mamá (la actriz Victoria Ruffo) siempre me dijo ‘date’. En lo que sí se puede llegar a parecer es que en que cada proyecto que hago, se lo hago llegar a mi mamá o le digo velo, y mi mamá siempre es ‘¡guau, lo hiciste increíble, está mi póquer de ases!’. Es muy echadora de porras”, compartió Derbez.

Carmen Beato destacó que con los tres actores que recrean a los hijos se dio una relación natural: Nos quisimos y fue fácil trabajar; nos divertimos mucho. Fue muy bonito, los quiero, los admiro y los respeto como actores. Las réplicas eran naturales, sucedían cosas y con el director era bien fácil trabajar. Es una película ligera, fresca, verdadera, conmueve”.

Tato Alexander destacó que la historia la confrontó al hablar de la muerte, tan dolorosa e incomprensible, desde la comedia.

Es algo que nos sobrepasa y la comedia es una herramienta padrísima para hablar de las cosas que no entendemos y que sentimos los seres humanos, y que nos causan tanta ternura, dolor, incomprensión y que es parte de nuestra experiencia. Poner una situación hipotética en la que regresa esta persona, da pie a muchos cuestionamientos.

Me hizo cuestionarme. Me recordó a mí misma, porque, a pesar de ya vivir sola, mi mamá me seguía resolviendo las cosas y le hablaba para quejarme. Muchos nos podemos identificar con esa mamá sobreprotectora, que, aunque desde el amor, hace un poco de daño. Es una situación que por su naturaleza bien intencionada y las consecuencias malas que puede tener, se presta mucho a la comedia”, acotó Alexander.

Gustavo Egelhaaf relató que perdió a sus abuelos muy joven, pues cuando tenía 15 años ya no contaba con esta figura en vida.

No tuve un duelo maduro, al contrario, una nostalgia durísima, porque me hubiera gustado conocerlos más y convivir más con ellos. Mis papás están aquí y toda la familia cercana, así que me da un vértigo terrible pensar que un día no estarán. Trabajando en esta película me hizo pensar en valorar lo que tenemos ahora. Deja un gran mensaje de valorar las enseñanzas y lo que a veces nos cuesta escuchar como hijos.

Generalmente, las mamás son muy sabias y más sabe el diablo por viejo que por diablo.

Hay mucha sabiduría que no siempre sabemos absorber y me gusta mucho, ahora, después de ver la película, la idea del Día de Muertos y pensar que tenemos esta conexión, ese amor eterno, aunque ellos no estén aquí”, concluyó.

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