Harry Styles, en dos mundos muy diferentes
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El Diario de SonoraLa fama de Harry Styles como cantante es innegable. Ha sido recibido con gritos de sus admiradoras en los festivales a los que ha acudido como en los estrenos de sus cintas Don’t Worry Darling y My Policeman, ahora que está incursionando como actor.
El exintegrante de One Direction sabe que es buscado por las cámaras, expectación que acrecienta al presentarse con los extravagantes trajes de su propia colección Gucci y con bolsa en mano.
“Estoy tremendamente agradecido por la gente que demuestra tanto apoyo en mi vida. Y los fans en particular, son los que me permiten ser quien soy, haciéndome sentir siempre cómodo para expresarme y hacer el estilo de música que yo también quiero hacer. Me encantaría poder devolverles el mismo espacio que me brindan”.
Platica sobre la diferencia que encuentra entre el mundo de la música y el de la actuación.
“Personalmente creo que es totalmente lo opuesto. En muchas formas, la música es algo muy personal y en la actuación obviamente se dibuja por experiencias que uno tuvo. pero en la mayor parte tenemos que pretender que somos otra persona.
“Y eso es lo que también me parece tan divertido, jugar a pretender que no soy yo, explorando cosas diferentes. Creo que es algo que también puede ayudar, porque cada vez que ves el mundo desde un lente diferente, por un momento, ayuda mucho en el aspecto creativo. Pero sí, me parece que la música y la actuación son realmente diferentes. Y lo divertido es que nunca siento que lo sé todo, en cualquiera de los dos trabajos. La música es algo que vengo haciendo desde hace mucho más tiempo y por eso me siento mucho más cómodo, pero lo que me gusta de la actuación es que no tengo la menor idea de lo que estoy haciendo. Es muy divertido.
“Puedo decir que tengo mucha suerte de poder hacer un trabajo que también amo, como es la actuación. Y tengo todavía más suerte de poder explorar un mundo como la actuación que también disfruto. En términos de futuro, trato de no pensar demasiado, para vivir más el presente. Quiero decir que me gusta la música tanto como la actuación. Y es muy divertido jugar en los dos mundos, ver cómo uno afecta al otro cuando te inspira algo que te dan ganas de seguir haciendo. No sé, para ser honesto, supongo que no es algo que me puse a pensar demasiado”, reflexiona al charlar con Excélsior.
Recién presentó Don’t Worry Darling, cinta en la que compartió con Olivia Wilde (quien también dirigió), Florence Pugh y Chris Pine.
“Es maravilloso poder vivir en mundos que no conocemos y mucho mejor si ese mismo mundo se supone que es tan perfecto. Es como andar en el mejor auto, sólo por diversión. Y en el caso de Don’t Worry Darling pude jugar como si fuera real, en vez de fingirlo, siento que no hubo tanta actuación, por todo el mundo que recrearon durante el rodaje.
Asegura que el cine proporciona, con cada uno de los personajes, un mensaje de poder hacer lo correcto.
“Supongo que al final del día todos vivimos una versión diferente de nuestra propia burbuja de protección. Y el mensaje que nos deja el cine es saber que siempre hay que ceder algo para hacer lo correcto y salir de la comodidad, porque bien podemos sentarnos en una vida realmente confortable ignorando ciertas consecuencias que pasan en el mundo, pero no se pueden negar que esas consecuencias existen. Pero también da la opción para quien prefiere quedarse en su zona de confort y creo que lo correcto es no hacerlo demasiado.
Supongo que la comunidad en que vivimos es lo que también uno genera. La verdadera comunidad es donde están tus amigos, la familia, la clase de gente que te rodea en la vida. Pienso que hay muchos lados negativos en los medios sociales que son bastante obvios pero es importante saber que hay cosas positivas también en nuestro mundo. Y Don’t Worry Darling creo que es un buen ejemplo de lo importante que es confiar en el instinto, al crear una comunidad con la familia que uno elige, los amigos o quien quiera que te rodea, tratando de confiar en tus instintos para rodearte de un grupo que te llevo por el camino correcto”.
En Don’t Worry Darling también se esconde otra historia de película, en la realidad: Aquel personaje del joven Jack Chambers, en verdad había sido filmado en un principio por Shia LaBeouf, hasta que fue despedido por la misma directora Olivia Wilde que terminó contratando a Harry Styles.
Todavía más curioso es que aquel es el que en un principio ella misma había pensado dirigir como su novio de la ficción y terminó siendo su novio en la vida real, justo cuando ella se había separado de su esposo Jason Sudeikis.
El otro lado de la moneda del cine, totalmente diferente a aquel mundo ideal, en My Policeman, Harry interpreta a un policía de la misma década de los años 50, aunque esta vez tiene otro estilo de triángulo romántico con una maestra de escuela y otro hombre, en una época donde la homosexualidad era ilegal en la Gran Bretaña.
“Mi personaje en My Policeman es una persona bastante curiosa, alguien que nació también en un mundo muy especial, un mundo tan pequeño que pareciera saber dónde termina. Y se da cuenta que puede ir un poco más lejos. Hay gente que vive toda su vida en una pequeña burbuja como esa, si se criaron así, rodeados de generaciones que también vivieron en esa misma clase de burbuja. Y obviamente es muy difícil imaginar el mundo que está afuera de todo eso. Y al conocer una persona que viaja tanto, alguien que le gusta el arte, encuentra curiosidad por todo eso, por ser algo tan extraño, además de compartir una amistad real por otro lado.
“Lo primero que me impresionó del guion fue el tema de la película, del amor y la libertad, la búsqueda por algo increíblemente relevante, más allá de la época en que vive. Y lo que más me gustó es que la gente puede identificarse con cada uno de los personajes. Es lo más hermoso de la historia, porque todos los personajes tienen realmente buenas cualidades además de algunas fallas que aunque no queremos tenerlas, todos la tenemos.”, comenta en relación a su trabajo en The Policeman.
“Supongo que mi personaje también es un producto de su época, porque más allá de los complejos del triángulo amoroso, comparten una verdadera amistad. El amor entre los personajes es muy real. Y supongo que el dolor pasa por la buena amistad.
“Esa dualidad donde no todo es blanco y negro, no es tampoco como el mundo funciona. La gente en la vida real es mucho más compleja en términos de sexualidad, al descubrir quiénes somos. Creo que particularmente en las relaciones sexuales hay una especie de miedo por el solo hecho de enamorarse de un hombre de aquella época. Imagino que los sentimientos hacia los hombres para alguien como mi personaje, resultan muy extraños. Es todo muy complejo y el solo hecho de poder interpretar esa clase de emoción humana resultó bastante agradable.
“La versión de aceptación de mi personaje es bastante deprimente porque acepta que va a negar esa parte de él, por mucho tiempo. Y es una aceptación secreta que ni siquiera discute con Marion. Para mí, la historia es devastadora, porque al final, se siente que fue todo una pérdida de tiempo. Y la pérdida de tiempo me parece devastadora porque también es algo que no podemos controlar, el tiempo es lo único que no podemos recuperar y es lo único que importa, sin importar el estilo de vida que tengas. Al final, lo más importante es el tiempo que pasaste con la gente que más quisiste. El tiempo es algo que ninguno de nosotros puede controlar. Y ese maravilloso momento de aceptación está ligado con la devastación del otro lado de la vida”, finalizó.
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