Zoë Kravitz, la hija de Lenny Kravitz y Lisa Bonet, conocida por su papel en la película "Big Little Lies", debuta como directora con "Blink Twice", una cinta que te hará reflexionar.
Kravitz nos presenta una historia ambientada en un lujoso escenario, en el que la protagonista, Frida, interpretada por Naomi Ackie, se ve envuelta en un mundo de excesos. Frida es una joven que anhela una vida más glamorosa, la que se ve reflejada en Instagram, pero su realidad es más humilde. Su anhelo se materializa cuando, junto a su amiga Jess, interpretada por Alia Shawkat, se cuelan en una gala extravagante, donde conocen a Slater King, un multimillonario interpretado por Channing Tatum.
Slater, envuelto en un escándalo sin especificar, se ha refugiado en una isla privada donde organiza fiestas con sus amigos y empleados. Kravitz, con su experiencia personal en este mundo, lo representa con una fidelidad asombrosa, la cual se refuerza gracias a la fotografía de Adam Newport-Berra.
El mundo de lujo y desenfreno en la isla se muestra a través de detalles cuidadosamente escogidos. La música, la comida, la vestimenta, todo está pensado para cautivar al espectador, pero el ritmo se vuelve monótono y repetitivo. La historia gira en torno a la búsqueda de la verdad detrás de la oscura naturaleza de Slater King.
El final de la película nos deja con un giro inesperado, una revelación que nos deja perplejos y con más preguntas que respuestas. Sin embargo, a pesar de su ambición, "Blink Twice" parece no encontrar un equilibrio entre la profundidad y la superficialidad. Es una película que deja una sensación de ambigüedad, de un puzzle incompleto.
La película no te dejará indiferente, pero te hará cuestionar la superficialidad de un mundo que se obsesiona con la imagen y la riqueza. Te invito a que la veas, pero te advierto que "Blink Twice" es una película que te hará pensar mucho.