Con casi 30 años de hacer que los sonorenses rían a carcajadas, hoy viernes el Teatro Auditorio de Nogales, Sonora recibirá a la icónica obra teatral “Güevos Rancheros”, la cual busca con su excepcional mezcla de humor y cultura tradicionalmente de nuestro estado, arrancar una sonrisa, mientras describe en situaciones de todos los días, como es una clásica situación de un hogar de esta zona de nuestro país.
De la pluma de uno de los pilares del teatro en Sonora, Sergio Galindo, quien comparte el escenario con el consumado Irineo Álvarez, esta propuesta da cátedra sobre lo que tiene que hacer para permanecer en vigencia y longevidad, dentro del gusto de las generaciones que han visto como junto con la sociedad, los diálogos cambian, pero la quinta esencia del discurso permanece dentro del anacronismo de la idiosincrasia de este desértico estado.
Para aquellos que no la han visto, Irineo Álvarez describió Güevos Rancheros como una bendición para cualquier actor, que se dijo gustoso de compartir con todo el público este humor conciso, que logra una explosión de risas continuas, simplemente viéndose al espejo como sonorense sobre los escenarios.
Yo soy de Guadalupe de Ures, soy de Ures, soy de la sierra, retrata como a esa vida sierreña en los Güevos Rancheros, digamos que comúnmente ahora las problemáticas son de Nogales, de Hermosillo, de Obregón, de ciudades un poquito más grandes y la gente se remonta a cuando ve Güevos Rancheros, dice, mira mi nana, mira mi tío, pero te estás viendo también a ti mismo, comentó el actor.
Mencionó que el norteño se reconoce con la situación y los diálogos, y es tan sencilla la trama que se vuelve muy identificable, por lo que la farsa hace que esa carcajada exagerada salga natural de los que acuden a este trabajo que se ha convertido atemporal.
Retrata la relación que hay entre una madre y un hijo, y la madre con todo su amor inmenso ha educado al hijo y el hijo la ha rebasado de tal manera que casi no hace mucho, de moverse de donde está, es un flojón, pues un huevón, pero donde ve esa relación entre la mamá y el hijo y la visión que tiene el hijo es muy acertada ante la vida y siempre se sale con la suya. El detonante es cuando el hijo ya es mayor, el hijo, pero el hijo está inmensamente viendo la vida desde ese punto, llega una mujer y el amor, lo hará moverse de donde está o lo hará seguir donde está, describió.Extendió la invitación a todos los nogalenses y también a los mexicanos que viven en los Estados Unidos, ya que el texto tiene una resonancia especial con todos aquellos que tienen esa nostalgia de un estado que, avanzado hacia la modernidad, pero continúa perpetuándose en la misma tonalidad de esa forma de ser del sonorense.