Deportaciones en Arizona rompen familias migrantes con décadas en EE.UU.

Según el documento 'Ni Siquiera Me Dejaron Decir Adiós', elaborado por la Iniciativa Kino para la Frontera, 44% de los deportados llevaban más de 10 años viviendo en EE.UU. Pero el dato que duele: 4 de cada 10 dejaron atrás a esposas, hijos o padres. La encuesta, aplicada a 278 personas entre mayo y julio de este año, detalla que:
El informe destaca casos extremos: 8% de los deportados superaban las tres décadas residiendo legalmente en EE.UU., con trabajos estables y familias constituidas. La política de "tolerancia cero" del gobierno actual ha convertido a las deportaciones en una máquina trituradora de proyectos de vida. Cifras de la CBP confirman el acelerón: en mayo se registraron hasta 3,800 detenciones diarias, muchas de ellas terminaron en separaciones familiares irreversibles.
Mientras el debate migratorio se enreda en discursos políticos, las consecuencias humanas se acumulan en silencio. Historias de padres que no pudieron despedirse de sus hijos, de abuelos que dejaron atrás redes de apoyo, de trabajadores cuyas vidas quedaron suspendidas en un trámite burocrático. La frontera sigue escribiendo capítulos amargos con tinta de incertidumbre.