En esta producción, Lisazo interpreta a Alfredo del Pino, un personaje que, según sus propias palabras, es "la antítesis de lo que soy como persona". Un hombre machista, tramposo, mentiroso y egoísta, que dista mucho de la imagen de galán que lo ha acompañado a lo largo de su carrera.
Lisazo asegura que este papel ha sido un reto enorme, pues le ha exigido explorar un lado oscuro que nunca antes había mostrado. "Es muy difícil cuando tu cabeza, tu corazón y tus sentimientos te dicen una cosa, y tienes que hacer todo lo contrario", confiesa el actor. "Es como una montaña rusa de emociones, un choque constante que puede llegar a ser agotador".
Aunque su personaje en la serie es un hombre sin escrúpulos, Saúl Lisazo es un hombre de familia. Desde 1983 está casado con Mónica Viedma, con quien tiene dos hijos. A diferencia de su personaje, en su vida real prioriza el amor y la estabilidad.
Más allá de su faceta como actor, Lisazo también es un apasionado del futbol. Antes de dedicarse a la actuación, jugó profesionalmente en su natal Argentina durante 10 años, hasta que una lesión en la rodilla lo obligó a retirarse.
"El futbol siempre fue mi primera pasión", afirma Lisazo. "Cada vez que veo jugar a la Selección Argentina, siento una emoción muy fuerte".
A pesar de que su carrera como futbolista quedó truncada, Lisazo nunca ha dejado de lado su amor por el deporte y confiesa que no descarta trabajar en algo relacionado con el futbol en el futuro.
Saúl Lisazo, un hombre de múltiples facetas que ha sabido ganarse el cariño del público con su talento y profesionalismo, sigue sorprendiendo con cada uno de sus proyectos. Y aunque el tiempo pasa y las etapas de la vida cambian, una cosa es segura: su pasión por la actuación, y ahora también por el futbol, lo seguirá impulsando a conquistar nuevos horizontes.