La obra conserva el texto original, pero Zegler describe su perspectiva como "‘Romeo y Julieta’ si se ambientara en el video musical de 'Rush' de Troye Sivan". Zegler explica: "Julieta estaría teniendo un verano de niña rebelde".
El rápido ascenso a la fama de Zegler ha venido acompañado de sus propios desafíos. Ha enfrentado críticas implacables, desde bromas mezquinas sobre su "energía de niño de teatro" hasta acusaciones más siniestras de ser desagradecida, egocéntrica e incluso una "contratación DEI". Cuando se le preguntó sobre la virulencia que ha encontrado, Zegler respondió: "Ser famosa no es para los débiles de corazón".
A pesar de la negatividad, Zegler ha encontrado consuelo en su ciudad natal, Nueva York, que describe como "sofocante y aislante" en comparación con el entorno impulsado por la industria de Hollywood. "En Nueva York, a nadie le importa", dice. Su amor por la ciudad se ha profundizado después de pasar tiempo filmando "Blancanieves" en el Reino Unido y "Los juegos del hambre" en Polonia. "No es hasta que tienes que viajar por el mundo filmando en diferentes ciudades que te das cuenta de lo agradecido que estás por la diversidad [de Nueva York]", explica.
El casting de Zegler como Blancanieves en la nueva versión de acción real de Disney ha provocado controversia en línea, con algunos críticos cuestionando su idoneidad para el papel debido a su herencia colombiana. "Era la princesa favorita de mi madre", dice Zegler. "Cuando crecía, no había muchas princesas de cabello oscuro, y esa fue la que pudo relacionar". El director Marc Webb destaca la gracia, la elegancia y la bondad inherentes de Zegler como cualidades que se alinean con el personaje de Blancanieves. "También tiene una gracia, una elegancia y una bondad inherentes que me recuerdan mucho lo que es esencial para Blancanieves", dice.
A pesar de la reacción negativa, Zegler sigue enfocada en la importancia de la representación, especialmente para los niños. "No asumes este papel para encajar en el molde de los críticos", dice Brandy Norwood, quien protagonizó la película para televisión de 1997 "Cenicienta". "Lo haces por cada niña colombiana que aún no se ha visto a sí misma en un papel como el de una princesa de Disney. Lo haces por la niña que fuiste una vez, que creció sin esa representación de su cultura colombiana". Zegler se hace eco de este sentimiento, recordando a la audiencia que su versión de Blancanieves será una representación matizada de una princesa que desea tanto el amor como la independencia. "Nunca querría encasillar a alguien y decir: 'Si quieres amor, entonces no puedes trabajar'. O 'Si quieres trabajar, entonces no puedes tener una familia'", dice. "No es cierto. Nunca lo ha sido".
A pesar de los desafíos que ha enfrentado, Zegler sigue comprometida a utilizar su plataforma para defender la justicia social. Ha sido una firme defensora de los derechos palestinos, y sus comentarios han sido recibidos con elogios y críticas. Ella permanece inquebrantable. "No creo que eso deba ser una opinión polémica", dice. "Solo soy responsable de lo que siento. Y también soy responsable de cómo actúo sobre ello".
Zegler espera con interés su futuro, que incluye un compromiso continuo con el cine y el teatro. Espera encontrar papeles que la desafíen y le permitan mostrar su versatilidad como actriz. "Siento que nadie quería que hiciera nada diferente", dice. "Incluso las ofertas de Broadway que estaba recibiendo eran como, '¿Quieres ser Ginebra en 'Camelot'? Hay mucho interés ahí, pero sería otra soprano, lo que todos ya me han visto hacer".
Mientras se prepara para su debut en Broadway, Zegler también espera con interés una vida personal llena de amor y familia. "Honestamente, mi objetivo es casarme, tener hijos y retirarme en algún momento", dice. "Y hacer lo que hago de salir cada dos años y hacer algo y que sea, con suerte, algo realmente especial y que se celebre, y luego volver".
A pesar del ruido de la fama y las críticas que enfrenta, Zegler permanece arraigada por su amor a su familia, su novio y su pasión por su oficio. "Ha habido momentos en los que he dicho: 'Ya no quiero hacer esto'", dice. "Mi mera existencia ha servido como una educación para las personas que no tienen un sentido básico de empatía. Y eso realmente puede hacer que quieras desaparecer". La historia de Zegler es un testimonio de la resistencia y la determinación de las mujeres jóvenes que navegan por el complejo mundo de la fama y el escrutinio público. Ella abraza los desafíos, utiliza su plataforma para defender causas importantes y continúa persiguiendo sus sueños, recordándonos que "el amor que tengo en mi vida es mucho más importante que cualquier reconocimiento".