Matilda y Ricci sellan su amor en una boda gótica que desafía tradiciones

"No queríamos ocultar quiénes somos, solo celebrarlo a nuestra manera", reveló la novia en redes sociales.
El vestido de novia, un diseño de Vera Wang, engañó a primera vista: blanco clásico, pero con un corte que dejaba ver los tatuajes de Matilda. El ramo de rosas negras y el tocado plateado completaron un look que, aunque rompía moldes, mantenía un aire sofisticado. Por su parte, Ricci optó por un traje negro con un boutonnière en forma de cráneo, reforzando la estética compartida de la pareja.
Entre los invitados predominaron tatuadores, músicos y figuras de la escena alternativa. No hubo protocolos rígidos; en cambio, los asistentes describieron una atmósfera relajada y performática. El momento más comentado fue la salida de la pareja bajo una lluvia de pétalos negros, capturada en video y viralizada en Instagram, donde Matilda supera los 100 mil seguidores.
Más allá de la estética, la boda reafirmó lo que sus seguidores ya sabían: Matilda no solo porta un estilo, sino que lo vive. Desde su activismo vegano hasta sus tatuajes con simbología prehispánica y gótica, cada elección —incluyendo esta ceremonia— es una declaración de autenticidad. Y aunque algunos cuestionen las ausencias, los cercanos insisten en que el respaldo familiar siempre ha estado ahí, incluso cuando la celebración incluye cráneos y cuervos.