De repente, la conversación deriva hacia un tema sensible, y ella, sin dudarlo, comparte una experiencia personal. Es un momento íntimo, una muestra de vulnerabilidad. Pero, ¿qué pasa si después te enteras de que esa experiencia nunca ocurrió?
Esa es la situación que se ha generado con Lena Dunham. Durante un episodio de su podcast, la actriz y directora habló sobre su viaje a una clínica de Planned Parenthood en Texas y cómo se le pidió que compartiera su historia de aborto. En ese momento, Dunham confesó: “Quería dejarle en claro que, a pesar de que salgo a luchar por las opciones de otras mujeres, yo nunca he tenido un aborto.”
Su confesión continuó: “Me di cuenta de que, incluso yo, llevaba dentro de mí el estigma que rodea este tema. Había interiorizado parte de lo que la sociedad nos lanza." La frase clave aquí es "internalizado". Dunham, al igual que muchas otras mujeres, ha sido afectada por la presión social en torno al aborto, un tema que genera emociones fuertes y a menudo se llena de juicios y preconceptos.
Dunham admite haber deseado tener un aborto, pero luego añade: "Ahora puedo decir que todavía no he tenido un aborto, pero desearía haberlo tenido". Esta frase, por un lado, muestra una lucha personal con sus propios sentimientos sobre la maternidad, pero también una posible falta de entendimiento sobre el aborto como una decisión compleja que no siempre se reduce a un simple deseo.