Un cumpleaños que trae consigo un regalo extraordinario: $8.5 millones, producto de una herencia planificada con maestría por la mismísima Reina Madre. Sí, hablamos de Prince Harry, quien recibió este jugoso presente el mes pasado, gracias a la visión financiera de la abuela de su abuela.
La historia detrás de esta herencia es intrigante. La Reina Madre, Elizabeth II, con un ojo para los detalles y una mente estratégica, depositó $90 millones en un fondo fiduciario para su familia, con una condición: Harry accedería a su parte cuando cumpliera 40 años. La sorpresa, sin embargo, no se limita a la cantidad. Según la firma de inversiones Stocklytics, Harry no tendrá que pagar impuestos por esta suma.
¿Cómo es posible? La respuesta radica en la planificación del patrimonio de la Reina Madre y la ley fiscal del Reino Unido.
* La herencia está exenta de impuestos porque la Reina Madre murió en 2002, y la ley establece que solo se aplica impuesto a las herencias de fideicomisos creados dentro de los siete años previos a la muerte del donante.
* Además, el patrimonio de la Reina Madre se transfirió a la Reina Elizabeth II, quien, a su vez, no tuvo que pagar impuestos por la herencia de su madre.
Esta situación ha generado comentarios entre los británicos, especialmente luego de que se diera a conocer que los últimos juicios contra Harry le costaron al contribuyente $650,000 cada uno.
Aunque el monto de la herencia de Harry es considerable, es importante destacar que la familia real cuenta con un plan financiero sólido que asegura la transferencia eficiente de su riqueza a través de las generaciones.
Este regalo llega en un momento crucial para Harry y Meghan Markle, quienes, desde su retiro de la vida real en 2020, han logrado acumular una fortuna de $60 millones gracias a sus proyectos en Estados Unidos.