La historia se sitúa más de 10,000 años antes de los eventos de las películas, centrándose en la figura de Valya Harkonnen, interpretada por 'Emily Watson', quien lidera a la hermana 'Bene Gesserit'. Este primer capítulo no escatima en mostrar la brutalidad que caracteriza a este universo, comenzando con un asesinato que marca el inicio de una guerra, un acto que resuena con la violencia inherente a la saga.
En este contexto, la Casa Corrino se erige como la familia gobernante del Imperio, tras haber derrotado a las temidas máquinas pensantes. La serie explora cómo la Bene Gesserit, a través de su astucia y estrategias ocultas, manipula a los líderes, incluyendo al emperador 'Javicco Corrino', interpretado por Mark Strong, y su consejera 'Kasha', interpretada por Jihae. La dinámica entre estos personajes revela un juego de poder donde cada movimiento puede tener consecuencias fatales.
La serie no solo se adentra en la política y la guerra, sino que también destaca la brutalidad que permea cada rincón de este universo. En Dune: Prophecy, la violencia no es solo un recurso narrativo, sino un recordatorio constante de las apuestas mortales que enfrentan los personajes. La serie promete llevar a los espectadores a un viaje intenso, donde cada decisión puede ser la última.
Con un enfoque en la oscuridad y la complejidad de las relaciones de poder, Dune: Prophecy se establece como una obra que no teme explorar los límites de la moralidad en un mundo donde la supervivencia es la única ley. A medida que la trama se desarrolla, los espectadores pueden esperar una experiencia que desafía las convenciones y ofrece una nueva perspectiva sobre el legado de Dune.