Un ejemplo reciente es el uso de la canción "Y.M.C.A." de Village People en la campaña presidencial de Donald Trump.
El fundador de Village People, Victor Willis, ha sido claro en su postura sobre el uso de la canción en la campaña de Trump. En un post en Facebook, Willis explicó que permitió que Trump utilizara la canción en sus eventos y rallies porque el político parecía "genuinamente disfrutar" de ella y la estaba utilizando de manera legal, después de obtener la licencia necesaria de BMI.
Willis también destacó que la canción ha "beneficiado enormemente" en términos de ventas y posiciones en las listas de éxitos desde que Trump la incorporó en su campaña. De hecho, en noviembre, "Y.M.C.A." alcanzó el número uno en la lista de ventas de canciones digitales de baile y electrónica de Billboard, más de cuatro décadas después de su lanzamiento.
Además, Willis se refirió a la controversia sobre la caracterización de "Y.M.C.A." como un "himno gay". El cantante y compositor afirmó que esta etiqueta es "completamente equivocada" y "dañina para la canción". Willis incluso amenazó con tomar medidas legales contra las organizaciones de noticias que se refieran a la canción de esta manera a partir de enero de 2025.
Según Willis, la idea de que "Y.M.C.A." es un himno gay se basa en la suposición de que la YMCA era un lugar de encuentro para la comunidad gay y que algunos de los miembros de Village People son gays. Sin embargo, Willis argumenta que esta interpretación es "basada en la mente sucia" y que la canción no tiene nada que ver con la comunidad gay.
En resumen, la controversia sobre el uso de "Y.M.C.A." en la campaña de Trump y su caracterización como un himno gay ha generado un debate interesante sobre la propiedad y el significado de la música. Mientras que algunos ven la canción como un símbolo de la comunidad gay, otros la consideran una simple canción de baile que puede ser disfrutada por personas de todas las edades y orígenes.