En México, un género musical en particular ha ganado popularidad en los últimos años: los corridos tumbados. Sin embargo, detrás de esta música hay una historia más compleja que involucra al crimen organizado.
La periodista de investigación Anabel Hernández ha estado investigando los vínculos entre la música y el narcotráfico. En una entrevista reciente, Hernández señaló que el cantante de corridos tumbados Peso Pluma es un ejemplo claro de cómo la música puede ser utilizada para legitimar al crimen organizado. Según Hernández, Peso Pluma ha sido utilizado por el Cártel de Sinaloa para difundir su narrativa y normalizar sus actividades ilícitas a través de su música.
La investigación de Hernández revela que Peso Pluma no solo interpreta música que enaltece al crimen organizado, sino que su creciente popularidad es parte de un plan deliberado de narcopropaganda. La periodista sostiene que la música del cantante se ha convertido en una herramienta para extender la influencia del crimen organizado en audiencias masivas, tanto en México como en el extranjero.
Entre las canciones que han generado polémica se encuentran "Siempre Pendientes", "El Gavilán", "Igualito a Mi Apá" y "AMG", que aluden directamente a figuras y actividades del narcotráfico. La música de Peso Pluma ha sido galardonada con varios premios, incluyendo el Premio Grammy al Mejor Álbum de Música Mexicana en 2024.
La investigación de Hernández también revela que Peso Pluma no es el único artista que ha sido utilizado por el crimen organizado para difundir su narrativa. La periodista anunció que continuará investigando a Peso Pluma y su vínculo con Los Chapitos, así como otros casos que involucran al crimen organizado en el mundo del espectáculo.
La música de Peso Pluma ha sido descrita como un fenómeno cultural masivo que conecta con audiencias jóvenes. Sin embargo, detrás de esta música hay una historia más compleja que involucra al crimen organizado. La investigación de Hernández es un ejemplo claro de cómo la música puede ser utilizada para influir en la opinión pública y normalizar ciertos comportamientos.